Homilía para el 30º domingo ordinario 2013
Ser sencillos y no soberbios
Textos: Eclo 35, 15-17. 20-22; 2 Tim 4, 6-8. 16-18; Lc 18, 9-14.
Nos hemos reunido para celebrar la Eucaristía dominical. Hemos venido en nuestra condición de pecadores, la cual reconocimos al comienzo de la Misa para disponernos a escuchar la Palabra de Dios y a saborear luego el Cuerpo y la Sangre de Jesús. Esto que hemos realizado, lo debemos vivir y fortalecer a lo largo de nuestra vida, como nos ayuda Jesús con la parábola que acabamos de escuchar. No debemos ser soberbios sino sencillos ante Dios y los demás