Los sueldos no alcanzan para “lujos”
Ernesto Cordero, Secretario de Hacienda, declaró en febrero de este año que había familias “luchonas”...
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Este es parte del lema de la inédita –por venir desde abajo y desde el sufrimiento y frustración de las víctimas de las instituciones gubernamentales del país– Marcha por la Paz con Justicia y Dignidad que en silencio llega esta tarde a Ciudad Universitaria.
Durante los meses de abril y mayo se presentaron tres propuestas de reformas a la...
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“Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo....
Textos: Hch 6, 1-7; 1Pe 2, 4-9; Jn 14, 1-12.
“No pierdan la paz” (Jn 14, 1). Estas palabras que Jesús dijo a sus discípulos durante la Última Cena, son también para nosotros. A ellos se las decía antes de su partida al Padre, con quien se identificó plenamente; a nosotros nos las dice ante la situación de violencia creciente que vivimos en nuestro ambiente, desde las familias hasta el nivel nacional y mundial. La Palabra de Dios nos invita hoy a acercarnos a Jesús, a escucharlo, creer en Él y tomarlo como camino.
Textos: Hch 2, 14. 36-41; 1Pe 2, 20-25; Jn 10, 1-10.
“Yo soy la puerta de las ovejas” (Jn 10, 7). Con estas palabras Jesús nos indica uno de sus servicios de Buen Pastor. Se presenta como puerta para sus ovejas. Esta comparación nos lleva a descubrir la grandeza de su persona y, a quienes tenemos la responsabilidad de conducir a otras personas, nos ayuda cuestionarnos si estamos viviendo bien nuestro servicio. Con este ejemplo, que implica la donación total por el bien de los suyos, Jesús se muestra como pastor.
Textos: Hch 2, 14. 22-33; 1Pe 1, 17-21; Lc 24, 13-35.
Entró para quedarse con ellos (Lc 24, 29), nos dice san Lucas. Jesús aceptó la invitación de los discípulos de Emaús. Se quedó con ellos, pero no solo para pasar la noche sino para siempre. Este es el sentido de la expresión del evangelista. Ellos habían caminado con un forastero, no con Jesús; habían visto a Jesús aunque sin reconocerlo, lo habían oído por el camino mas no lograron escucharlo, lo invitaron a quedarse por una noche y no para el resto de su vida.
Descarga: Número 109 | Mayo 2011
Textos: Hch 2, 42-47; 1Pe 1, 3-9; Jn 20, 19-31.
“La paz esté con ustedes” (Jn 20, 19.21.26). Este saludo que Cristo resucitado da a sus discípulos en aquellos dos encuentros es un proyecto de vida para todos sus discípulos y discípulas. Él ofrece y da la paz porque la tiene.