Homilía para el 2º domingo de Pascua 2014
Constantes en el testimonio
Nos hemos reunido para celebrar la Eucaristía como cada domingo. Jesús resucitado está en medio de nosotros y se lo agradecemos a Dios nuestro Padre. Él nos llena de paz, nos renueva su Espíritu y nos envía a la misión, como hizo con sus discípulos el mismo día de la Resurrección. La misión exige dos cosas: una, el encuentro con Jesús; la otra, el testimonio personal y comunitario. De los primeros cristianos, el libro de los Hechos nos dice que eran constantes.





