Homilía para el 4º domingo de Adviento 2015
Ser misericordiosos como María
Durante esta semana, una señora andaba con la presión alta y la glucosa alterada. Así se puso a preparar y servir la comida para otras gentes. La enfermedad no fue impedimento para atender a los demás. Es algo parecido a lo que acabamos de escuchar en el texto del Evangelio. María, ya embarazada, dejó su familia, su casa y su pueblo para irse a servir a su prima Isabel. Su testimonio nos ayuda a prepararnos para recibir a Jesús su Hijo en la Comunión sacramental.