Aún no dice adiós

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Biden y Trump son los candidatos más votados de la historia

Por: Tzinti Ramírez Reyes

“Él ganó porque hubo fraude”, espetó Donald Trump el 15 de noviembre a través de twitter, refiriéndose al demócrata Joe Biden. Es la primera vez desde la jornada electoral que el magnate devenido en el 45° presidente de los Estados Unidos se aproxima a la posibilidad de aceptar haber sido efectivamente derrotado en su intento de reelección.

Con 79.8 millones de votos populares, Joseph Robinette Biden Jr., se coloca como el candidato presidencial más votado en la historia electoral estadounidense, dejando atrás a Barack Obama quien ocupaba dicha distinción con 10 millones de votos menos.

Debemos notar que si bien la votación pro-Biden fue copiosa, también lo fue para el todavía presidente Trump con 73.7 millones de votos, lo que en los hechos lo convierte en el segundo candidato más votado de la historia, relegando al demócrata Barack Obama al tercer puesto.

La diferencia en el voto popular en la justa Trump – Biden es cuantiosa pero las apretadas definiciones electorales en diversos estados, reducidas algunas a unas cuantas decenas de miles de votos, están alejadas de aquellos escenarios de victoria holgada que arrojaban los modelos predictivos de los demócratas. Ante una tradición electoral en la que no existe un autoridad electoral a manera de instituto que organice la logística electoral y cuente los votos, el presidente Trump alega fraude y activó a su equipo legal para desafiar los resultados en diferentes estados, negándose a pronunciar el famoso “discurso de concesión” en el que, según la usanza desde 1952, el candidato que se queda atrás en los resultados que los medios de comunicación van presentando por estado, reconoce la victoria del oponente la misma noche de la elección.

Dos semanas después de los comicios y con una proyección de más de 300 votos electorales para Joe Biden, Trump se niega a conceder la victoria a la dupla Biden-Harris. ¿Por qué? ¿Qué pretende el presidente Trump al desafiar la elección?

Un primer motivo tiene qué ver que el sistema de votación estadounidense contempla un mecanismo indirecto de elección en el que la ciudadanía vota por electores que se han comprometido a votar a favor de un candidato una vez que convengan en el Colegio Electoral que en esta ocasión será el lunes 14 de diciembre de 2020. Estos electores pueden mantener su compromiso de votar por el candidato que declararon previamente o en sentido estricto, pueden cambiar la dirección de su voto. Posteriormente, son las dos cámaras del Congreso de EU las que cuentan y verifican ahora sí oficialmente los resultados definitivos de la elección para la primera semana de enero.
Un segundo motivo, radica en que Trump ha armado un equipo legal liderado por el ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani para interponer decenas de demandas alegando irregularidades en la elección de manera tal que en los estados con una victoria ajustada para Biden se abriera la posibilidad de cambiar el voto en el Colegio Electoral a favor de Trump. A dos semanas de la elección, el intento de judicialización de la elección – y por tanto de revertir los resultados – por parte del equipo Trump ha rendido en los hechos pocos frutos al no poder probar la existencia de irregularidades sistemáticas en el ejercicio electoral y mucho menos un fraude generalizado.

A veinte días de la elección, y con un Joe Biden ya instalado en una dinámica de presidente entrante, Trump ha despedido a Mark Esper su Secretario de Defensa y a Chris Krebs, ahora ex director de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad que calificó estas elecciones como «las más seguras en la historia de Estados Unidos» en directa contraposición con las declaraciones de su antiguo jefe.

Más allá de los dichos del magnate neoyorquino, parece dirigirse a alta velocidad a despedirse de la Casa Blanca a partir del 20 de enero del año entrante, fecha en la que el 46° presidente de los Estados Unidos tomará posesión. Al tiempo.

Tzinti Ramírez Reyes

Internacionalista. Directora del Departamento de Relaciones Internacionales, Economía y Ciencia Política región occidente del Tecnológico de Monterrey en Guadalajara.
Twitter: @tzinr

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