Homilía del 9º domingo ordinario 2018

Santificar todos los días

Ordinario9 B 18

El sábado era, y sigue siendo, para los judíos el día sagrado. Ellos tenían que santificarlo, dedicarlo totalmente a Dios. Ese día no se tenía que trabajar, como acabamos de escuchar en el texto del Deuteronomio. Si desde el principio se descansaba el sábado y se daba gracias a gracias a Dios, porque el séptimo día descansó después de haber creado el universo en seis días, con la liberación de la esclavitud a que los israelitas estaban siendo sometidos en Egipto, el sábado había que santificarlo; y el modo de hacerlo, además de la reunión en la sinagoga para orar, cantar himnos, leer y meditar las Escrituras, era no realizando ningún trabajo.

Homilía para el domingo de la Santísima Trinidad 2018

Misión sagrada

SmaTrinidad B 18

Este domingo celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad. Por eso los textos bíblicos que se han proclamado nos hablan de Dios que creó al ser humano sobre la tierra, que dialoga con su pueblo y lo defiende, que llevó a Israel desde Egipto hasta la tierra prometida, que ofrece vida abundante a su pueblo, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, que penetra toda nuestra vida, que nos hace sus hijos e hijas, que nos llama a ser glorificados, que espera que cumplamos sus leyes y mandatos. Hoy con la Eucaristía le agradecemos todo lo que ha hecho por nosotros y renovaremos nuestra relación con Él al recibir a Jesús de manera sacramental en la Comunión.