Semilla de la Palabra, para el día 25 de junio de 2017
Semilla de la Palabra,
Para el 12° Domingo Ordinario.
Descargar archivo aquí: Semilla 823 25-06-17
Semilla de la Palabra,
Para el 12° Domingo Ordinario.
Descargar archivo aquí: Semilla 823 25-06-17
La comisión que coordina la celebración de los 20 años de la clausura del Sínodo elaboró dos guías para celebrar los 45 años de la Diócesis: la primera es una celebración de la Palabra para los barrios, colonias y ranchos; la segunda es para una vigilia a nivel parroquial, antes de reunirnos el 30 a las 12 del día en la Catedral para la celebración diocesana.
Las pueden descargar aquí → CELEB. 45 AÑOS VIDA DIOCESANA (barrios, colonias, ranchos) y CELEB. 45 AÑOS VIDA DIOCESANA (parroquias)
Estamos celebrando la Eucaristía el domingo en que festejamos a los papás. Damos gracias a Dios por su vocación y misión, y le pedimos que los ayude a vivir su tarea teniéndolo a Él como modelo. Los textos bíblicos nos ayudan a reflexionar en la misión común que tenemos como discípulos y discípulas de Jesús, misión que los papás han de vivir de un modo especial en su familia. La reflexión nos preparará a recibir a Jesús en la Comunión y a salir de aquí a continuar la misión que Jesús encomendó a sus discípulos y a vivirla de la misma manera que Él.
Estamos celebrando este domingo la fiesta de La Santísima Trinidad. Con la Eucaristía le agradecemos la vida que Él nos dio y que nos sostiene día a día. Hoy nos fortalece con el Cuerpo y la Sangre de Jesús, para que proyectemos esa vida en la misión, que tiene el amor como manera de vivir. Los textos bíblicos que se acaban de proclamar nos ayudan a descubrir que Dios nos ama y que ese amor lo tenemos que prolongar en la familia, la comunidad, la sociedad y la Casa común.
Este domingo celebramos la fiesta del comienzo de la Iglesia, llamada Pentecostés. La Iglesia es misionera por naturaleza y desde su origen, como acabamos de escuchar. Al recibir el Espíritu Santo, los discípulos y discípulas –ahí estaba la Virgen María– comenzaron a predicar el evangelio, a anunciar el Reino de Dios, a proclamar las maravillas de Dios, como narra el libro de los Hechos de los Apóstoles. La reflexión sobre nuestra condición misionera nos ayudará a prepararnos para recibir sacramentalmente a Jesús en el momento de la Comunión.
Estamos celebrando este domingo la fiesta de la Ascensión de Jesús. Una vez terminada su misión sobre la tierra, Él regresó a la Casa del Padre, para ir por delante de nosotros en el camino, para esperarnos y para animarnos en nuestra esperanza. Pero antes de partir, aseguró varias cosas para sus discípulos, como acabamos de escuchar en los textos bíblicos. Con la reflexión sobre este acontecimiento nos prepararemos para recibirlo sacramentalmente en la Comunión.
Nos hemos reunido en este domingo, que es el sexto de la Pascua, para la celebración de la Eucaristía. Hoy nos encontramos con la promesa que Jesús hizo a sus discípulos de no dejarlos desamparados. Él estaba muy cerca de su muerte. Era la víspera, porque esto que escuchamos en el texto del evangelio es parte de lo que les dijo durante la Última Cena. Al día siguiente fue crucificado y murió. Estaba preparado a sus discípulos para la separación.