Los huevos también se producen en casa

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Todos los días, muchos hogares mexicanos se impregnan del característico olor a huevo guisado, estrellado, revuelto, cocido, en chilaquiles o ahogado en salsa. El huevo es uno de los alimentos más comunes. Las personas lo consumen por su sabor y también, porque es más barato que el frijol y la carne.

En México, la explotación de gallinas ponedoras representa una de las industrias más importantes. A la fecha, existen en alrededor de 130 millones de gallinas ponedoras en producción. México es el sexto país productor de huevo en el mundo y el primero en Latinoamérica. Jalisco es la principal región productora de huevo del país con 60 a 65 millones de gallinas.

A finales del mes de junio y a principios de julio de este año, algunas granjas de Tepatitlán y Acatic Jalisco, se infectaron de Influenza Aviar. Este problema de salud en las gallinas ponedoras, provocó un desabasto y aumento en el precio del huevo. Un kilo de huevo blanco, llegó a comprarse hasta en 33 pesos.

Ante esta situación que afectó a productores y consumidores de huevo, se asoma la alternativa de la crianza de gallinas de corral para consumo familiar, que no es un proceso difícil y no requiere de mayores costos. Sin embargo, para obtener todos los beneficios sí es necesario considerar que necesitan alimentación, un lugar dónde vivir y ciertas medidas de higiene y sanidad.

Experiencias en el Sur de Jalisco

Doña Lupe Hernández tiene 62 años criando gallinas de corral. Esta actividad la realiza desde que vivía con sus papás en La Yerbabuena donde tenían entre 70 y 80 gallinas. Actualmente tiene 19 gallinas en El Fresnito. Estas aves ponen un huevo diario, lo suficiente para el consumo familiar y hasta para vender. El mayor gasto que hace, es de seis pesos diarios en el maíz que comen. Para controlar la salud de sus gallinas, les pone cáscaras o astillas de palo dulce en el agua de beber. El excremento de estas gallinas lo utiliza como abono para sus plantas.

Doña Lupe recomienda que quienes tengan un espacio en su casa, críen sus propias gallinas y así tendrán carne y huevos más sanos.

En Tolimán vive Justina, que hasta hace poco tenía diez gallinas de corral, a las cuales les daba de comer maíz, tortillas remojadas y ellas completaban su ración con hierbas, insectos y lombrices. Todos los días recogía diez huevos, de los cuales, unos los consumía con su familia y los demás los vendía a dos pesos cada uno. Entre sus clientes, tiene a una vecina que le compra un huevo diario, para ponerlo en el biberón de su pequeño hijo. Hoy sólo le queda una gallina, “la negra”. Las otras nueve se fueron a los corrales vecinos.
Para las cuatro de la tarde, don Alberto se da prisa en darles de comer a sus animales. En el corral hay una sinfonía de cacaraqueos de gallinas, piar de pollos y berridos de borregos. Al mismo tiempo que pone el alimento en los comederos, recoge los huevos y revisa los nidos de las gallinas “echadas”.

Don Alberto empezó con esta actividad hace tres años, como terapia ocupacional, pues padece de alta presión y ha sobrevivido a dos infartos. Narró que este criadero lo inició con cinco gallinas y un gallo. De estas gallinas se enculecaron dos y sacaron ocho pollitos. Hoy tiene 40 gallinas, 12 pollos, siete gallos y siete guajolotes.

Como alimento les da 2.5 kg de milo y 2.5 kg de maíz molido y lo complementa con sobrantes de verduras. Las enfermedades las controla con ajo mezclado en el agua de beber, rabos de cebolla y hojas de Neheem. En el cambio del tiempo de secas, al tiempo de lluvias, pone algún antibiótico en el agua de beber. A los pollos los vacuna. Todo el excremento que recoge, lo usa como abono para sus árboles frutales.

Ante el constante aumento en el precio de los alimentos, y las enfermedades que padecen las aves que son expuestas a un proceso industrial de producción es necesario encontrar alternativas que ayuden a la economía familiar y la cría de gallinas de corral se asoman como una alternativa.

La cría de gallinas es una forma tradicional de obtener alimentos en el sur de Jalisco. Practicada por generaciones. Regresar a estas prácticas, y fortalecerlas donde ya existen es una manera de también hacer más sencilla la subsistencia.

Publicación en Impreso

Edición: 120
Sección: Raíces del Sur
Autor: José Luis Ruiz Balcazar

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