Llamados al cambio
Desde diciembre de 2010, en el mundo han surgido una serie de movimientos sociales que ponen de manifiesto la incapacidad de la política para incluir las demandas de algunos grupos sociales en los proyectos nacionales. Las demandas van desde poner fin a gobiernos autoritarios y dictatoriales, como es el caso de las protestas de la primavera árabe, hasta la reconfiguración del modelo económico y principalmente el replanteamiento de las medidas adoptadas para mitigar la crisis europea.
En Europa, África, Asia y América las protestas del pueblo no han dejado de salir a las calles. Las más recientes han sido en Brasil, en donde la población cuestionó el enorme gasto que representa la organización de eventos deportivos internacionales, cuando existen otras necesidades más urgentes en las que es necesario invertir. Este año Brasil fue sede de la Copa Confederaciones, pero además será sede del Mundial en 2014 y de las Olimpiadas en 2016. Desde el 1 de Junio los brasileños salieron a las calles en protesta por el alza en el precio del transporte, lo que desencadenó la protesta social y el enfrentamiento con el gobierno.
Un botón que no termina de florecer: la primavera árabe
Los movimientos más llamativos son los que tiene lugar en los países islámicos. A través de manifestaciones populares, estas naciones han conseguido remover a gobiernos autoritarios que habían permanecido por más de dos décadas en el poder. Tal es el caso de Túnez, en donde comenzó la llamada primavera árabe el 17 de diciembre de 2010. Las manifestaciones llevaron a la caída del dictador Ben Ali en enero del siguiente año. Una suerte similar han vivido Libia y Egipto, que lograron poner fin a un sistema autoritario de gobierno en 2011. Sin embargo el reto de reorganizar al gobierno, redactar nuevas constituciones y sobre todo incluir a los diferentes grupos sociales en los nuevos proyectos de nación no ha sido una tarea fácil.
El ejemplo más claro de ello, es la destitución del presidente Mursi en Egipto el pasado 3 de Junio, quién había sido elegido para liderar la reconstrucción del país tras la caída de Mubarak en 2011. Los intereses encontrados de los diferentes grupos políticos al interior de Egipto, complicaron la transición a la democracia y nuevamente el país se encuentra sumido en la incertidumbre.
Finalmente es necesario mencionar el conflicto Sirio que lleva más de dos años enfrascado en una guerra civil a la que no se le ve fin.
Las revoluciones del mundo islámico, son un llamado del pueblo que exige procesos democráticos que disminuyan la segregación social, y sobre todo que atiendan de forma consensuada las demandas nacionales. Los gobiernos que han sido blanco de las protestas tienen por característica haber sido financiados y apoyados internacionalmente por las grandes potencias económicas, como Estados Unidos en el caso de Egipto o Rusia en el caso de Siria.
Indignación Europea frente a la crisis
Pero las protestas no se han dado únicamente en países en vías de desarrollo, como lo son las naciones islámicas. Al interior de Europa y en Estados Unidos ha habido protestas que claman por hacer más justo el sistema económico. En este sentido las protestas tienen su origen el 5 de mayo de 2010 en Grecia con huelgas nacionales en contra de los recortes al sistema de seguridad social, como parte de una serie de ajustes frente a la crisis económica. La mala gestión de gobiernos griegos, sumieron a la nación mediterránea en la bancarrota lo que generó la indignación de las autoridades europeas quienes exigieron actuar de forma contundente para evitar que los efectos de la crisis se propagaran a otras naciones.
El siguiente país en presentar estos signos fue España, y posteriormente Portugal e Italia. Las manifestaciones se dieron a lo largo del 2011 para frenar las medidas que vulneraban a las clases más necesitadas, mientras destinaban cuantiosas sumas para el rescate del sistema financiero. Nuevamente se exigía autonomía para diseñar las estrategias que dieran rumbo al fin de la crisis, sin embargo la integración económica de la Unión, lo impedía. Paralelamente a estos hechos en Estados Unidos, el 17 de septiembre de 2011 un grupo de activistas tomaron el Central Park manifestando su indignación por la mala distribución de la riqueza que ha permitido el sistema capitalista neo-liberal.
Estas manifestaciones evidenciaron las carencias económicas que se viven al interior de las grandes potencias. Pusieron en evidencia que la forma en como se han hecho las cosas hasta hoy, no ha sido la mejor, y que fuera de alcanzar el bienestar y el desarrollo han provocado grandes niveles de desigualdad, coartando las posibilidades de que exista un desarrollo equitativo. En este sentido, las protestas de Brasil se alinean con ellas, y se suman al llamado internacional por cuestionar y replantear el sistema de libre mercado y libre competencia, que si bien ha contribuido al crecimiento económico, esto no se ha traducido en aumento del bienestar de las personas y en general en desarrollo.
Cuando el río suena
Estas manifestaciones son sólo las más emblemáticas y sus motivos se presentan de forma general, pero también ha habido movimientos a favor de recuperar los espacios públicos como es el caso de Turquía en donde un grupo de manifestantes trataban de salvar un parque de su destrucción y fueron reprimidos por el gobierno. El movimiento entonces se fortaleció y empezaron a exigir mayor libertad de expresión. También ha habido movimientos que cuestionan la legitimidad de los procesos electorales y reclaman una mayor transparencia electoral como fueron los de Venezuela, Rusia y México.
Las tecnologías de la información y sobre todo el internet, han contribuido a darle voz internacional a esos movimientos locales. Estas manifestaciones son la evidencia de que algo no esta bien en la forma en que se hace la política o se maneja la economía. Si bien no en todos los casos se ha conseguido dar respuesta a las demandas presentadas, esta no es razón para descalificarlos, por el contrario es una invitación a pensar las formas de contribuir a la construcción de una mejor sociedad en el entorno local. La respuesta no es sencilla, pero lo que es importante es estar informados y seguir de cerca estos movimientos, que motivan a trabajar por un mundo más justo y equitativo.
Publicación en Impreso
Edición: 130
Sección: Reflejo Internacional
Autor: Carlos Cordero