Francisco es motivo de esperanza

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Finalmente se cumplió el viejo adagio de que “Quien entra Papa, sale Cardenal; y quien entra Cardenal, sale Papa”, los analistas que intentaron leer la elección papal como un evento meramente político se equivocaron, plantearon candidatos, pusieron a sonar nombres, especularon sobre el posible sucesor de Benedicto XVI y pocos, muy pocos pudieron ver lo que estaba realmente en juego: que la Iglesia se mantuviera con las posiciones actuales o si se empezaba un proceso de reforma ante la innegable crisis que vive como institución. Luego de terminar el cónclave se eligió como nuevo Papa a Jorge Mario Bergoglio, quien es argentino, jesuita, arzobispo de Buenos Aires y quien no estaba en las listas de los papables.

Imagen 1. Papa Francisco

Desde mi perspectiva son cuatro los grandes retos que enfrentará el nuevo Papa, a saber: discusión sobre la agenda neoconservadora de los últimos años, volver a la opción preferencial por los pobres, resolver los casos de pederastia y remover a la curia vaticana. Esta es una agenda compleja y difícil, sabiendo que el nuevo pontífice es un hombre mayor, aún cuando goza de notable salud y que como Joseph Ratzinger, tendrá quizá una década para implementar estos cambios.

La discusión sobre la agenda neoconservadora tendría que girar alrededor de temas como el papel de la posibilidad de que las mujeres sean sacerdotisas, que las personas con preferencias sexuales homosexuales tengan los mismos derechos, sobre el cuestionamiento al respecto de la obligatoriedad del celibato en los ministros de culto y sobre las relaciones asimétricas entre sacerdotes y laicos. Estos temas seguramente no tendrán una resolución definitiva en este papado, sin embargo me parece que Francisco tendrá que abrir el debate. Lo peor que puede pasar en este pontificado es que nuevamente se cierre la posibilidad de discutir clara, profunda y abiertamente estos asuntos, sabiendo que los cambios serán de largo plazo y que si se llegan a implementar requerirán de enfrentarse a múltiples resistencias, tanto dentro como fuera de la Iglesia. Aquí el reto de Francisco es poner el marco para entrar en un debate constructivo, sabiendo que son temas donde el propio Papa parece tener posiciones neoconservadoras.

El segundo asunto y que parece que Francisco tomará en sus manos como el centro de su pontificado es que la Iglesia sea pobre y que sirva preferentemente a los más pobres y débiles. Este ha sido el centro de su mensaje hasta ahora e incluso el nombre adoptado por Bergoglio para su papado tiene esta inspiración: Francisco de Asís, el santo de los pobres y de la naturaleza. Los signos en este caso son innegables, el nuevo Papa es sencillo, no ostenta riqueza, pide la austeridad y tiene como su principal foco de preocupación a los pobres, sobre todo en un contexto mundial donde el capitalismo neoliberal ha dejado como uno de sus peores saldos a grandes masas de personas empobrecidas y con problemas muy graves de desigualdad. No es gratuito que el primer Papa latinoamericano proponga como una de sus agendas centrales a la pobreza y la desigualdad que son signos característicos de este continente. Luego de dos pontificados donde la teología de la liberación fue sofocada y sus principales exponentes silenciados, parece que esta corriente dentro de la Iglesia católica podría volver a tener auge y la opción preferencial por lo pobres se podría colocar nuevamente en un primer plano dentro de los ámbitos eclesiales. Llama la atención como personajes como Leonardo Boff o Hans Küng ha visto con buenos ojos el arribo de Bergoglio como Sumo Pontífice y parecería que los teólogos de la liberación empiezan a salir de las catacumbas a donde los orillaron Juan Pablo II y Benedicto XVI. No sabemos si con las mismas características de los años 70 y 80, pero parece que con Francisco la opción preferencial por lo pobres está de regreso y exigirá a obispos y sacerdotes alejarse del poder económico y político, no como revanchismo, pero sí como una forma de analizar el mundo y desarrollar su pastoral.

Imagen 3. Papa Francisco

El tercer asunto, quizá el más mediático y urgente, es resolver los casos de sacerdotes pederastas y de las personas que los encubren. Es sabido por muchos que la parte más escandalosa de la crisis de la Iglesia proviene de este tema, donde Juan Pablo II no hizo prácticamente nada y Benedicto XVI a pesar de algunos esfuerzos, no logró resolver el problema. Para Francisco esta agenda es impostergable y requiere de una postura firme, es decir, poner en manos de la justicia civil a pederastas y encubridores; y plantear soluciones estructurales que permitan que este tipo de casos no vuelvan a aparecer. Esto significaría qué tendrían que reestructurase de fondo los procesos de selección y formación de sacerdotes y poner castigos ejemplares a aquellos ministros que incurran en este tipo de delitos.

Finalmente otro asunto delicado y donde el nuevo Papa tendrá que reformar de fondo es en la composición y las atribuciones de la llamada curia vaticana, es decir, el nuevo Obispo de Roma deberá limpiar la casa relevando de sus cargos a quienes conforman este cuerpo de élite para recomponerlo desde otras miradas y perspectivas. Al respecto se han planteado una serie de fuertes críticas derivadas de los famosos “vatileaks”, del enorme poder de los cardenales que pertenecen a la curia y de los cuales se habló que mermaron las posibilidades de efectuar cambios de Benedicto XVI e incluso el sin sentido de tener obispos sin diócesis que se dedican a la burocracia eclesiástica. En este tema Francisco deberá tener mano firme para resolver este problema acumulado por lo menos desde hace dos pontificados y que conformó un equipo ensimismado, luchando por el poder y sin voltear a ver lo que pasa fuera del Vaticano. El mismo nombramiento de Bergoglio como Papa ya fue un primer golpe para este grupo, ya que el nuevo Obispo de Roma no es parte de ese grupo y además cuenta con el apoyo de una orden religiosa que sufrió de cierto rechazo en los dos anteriores pontificados: los jesuitas.

Los signos que hasta ahora a mostrado Francisco dan pie a la esperanza, a pesar de que en redes sociales se le ha criticado por algunos asuntos como una supuesta colaboración con la dictadura militar en Argentina cuando era provincial de los jesuitas en aquel país y por tener posiciones muy conservadoras frente a los derechos de las personas con preferencias sexuales homosexuales, sin embargo personajes como Adolfo Pérez Esquivel (premio Nobel de la paz) o el propio Leonardo Boff han desmentido estas críticas y se muestran esperanzados con el nuevo Papa. Habrá que seguir los hechos posteriores, pero lo que hasta ahora ha pasado da motivos para la esperanza.

Por lo pronto deseo a las y los amables lectores de El Puente unas felices Pascuas.

Publicación en Impreso

Edición: 126
Sección: Suplemento especial: Elección del Nuevo Papa
Autor: Jorge Rocha Quintero

1 pensamiento sobre “Francisco es motivo de esperanza

  1. muy interesante punto de vista respecto del Papa Francisco, yo también estoy esperanzado de que le Dios lo asista para que sean los designios de El los que predominen su Papado, y si me da mucha alegria que teologos como Leonardo Boft yel Obispo Pedro Casaldaliga le han dado su voto de confianza. QUE ASI SEA

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