Tu memoria sigue viva

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Pbro. Luis Antonio Villalvazo

Marcelino Solano de la Cruz nació en Ciudad Guzmán, Jalisco el 2 de junio de 1988. Fue el décimo hijo procreado por Francisco Solano y Magdalena de la Cruz, quienes en 1992, llegaron a ser vecinos de la colonia Revolución ubicada al poniente de Zapotlán. Aquí creció con el cariño de sus familiares, vecinos y amigos.

Inició su proceso de educación escolar en el Jardín de Niños “Valentín Gómez Farías”. Su primaria la cursó en la escuela “Vicente Guerrero” y la secundaria en el plantel “José Vasconcelos”. Y el bachillerato en la preparatoria regional.

Su devoción a la Santa Cruz, al señor san José, a la virgen de Talpa marcaron su experiencia de fe en sus primeros años de vida. El 18 de agosto de 2002, celebró su primera Comunión en el templo parroquial de san Isidro Labrador y el 28 de diciembre su Confirmación en Catedral.

Aún guardo en mi memoria aquella tarde, que al salir de la celebración de la misa, me encontré con Marcelino por primera vez. En una conversación abierta me compartió sus sueños. Me comentó que su deseo desde niño era ser médico, pero que al terminar la preparatoria sintió la inquietud de ser sacerdote. Y me expresó su decisión de participar en el preseminario.

En este tiempo de búsqueda vocacional, el testimonio de su madre Magdalena y de los catequistas de su comunidad lo animaron a seguir a Jesús por el camino del sacerdocio ministerial. Con ánimo y esperanza ingresó al Seminario. Al paso de los años, las experiencias de oración, estudio, convivencia y trabajo pastoral maduraron su compromiso cristiano.

Después de nueve años de formación, el 19 de marzo de 2015 recibió el orden del Diaconado. Y el 16 de mayo, de este año, a sus 27 años de edad, recibió el orden sacerdotal por imposición de manos del Obispo Braulio Rafael León, junto con sus compañeros Juan Gaspar Castro Blanco, originario de Atemajac y de José Alejandro Arias Guzmán de la parroquia de El Sagrario de Ciudad Guzmán.

Dos días después, el lunes 18 de mayo, cantó su Primera Misa en el templo de la comunidad parroquial que lo vio crecer y lo ayudó a madurar en su vocación. Fue un acontecimiento festivo. Compartimos con alegría su respuesta a vivir su misión trabajando sus talentos con entrega y responsabilidad.

Su primer destino fue la parroquia de Atemajac. Luego, el 24 de marzo de 2017 llegó a la parroquia de El Sagrario como vicario parroquial. Y cuatro meses más tarde inició sus estudios de licenciatura en Filosofía en la Universidad Pontificia de México.

Al regreso a la diócesis, el primero de julio de 2019 fue nombrado vicario parroquial del Santuario de Guadalupe en Ciudad Guzmán donde vivió dos momentos fuertes. Primero, su enfermedad y recuperación de dos cirugías. Y segundo, estar al frente de la parroquia por la enfermedad de su párroco el padre José García quien lamentablemente falleció el 8 de junio de este año.

El 8 de agosto de 2020 fue nombrado Prefecto de la Facultad de Filosofía de nuestro Seminario Mayor con la desafiante responsabilidad de ser formador de los futuros sacerdotes.

El pasado martes 6 de octubre, mis esperanzas puestas en tu ministerio se empañaron con lágrimas. La noticia de tu muerte sacudió mi corazón. Pero las palabras del padre Francisco Mejía expresadas en la homilía me siguen animando: “El Señor lo encontró ya maduro-dispuesto para llevarlo a su Casa y hacerlo partícipe de su Banquete. Agradecemos la herencia de su sencillez, espontaneidad, transparencia, su sagacidad, chispas de ironía, su amor a sus raíces y cultura zapotlense, pero sobre todo, su opción por ser un servidor de la comunidad”.

Hermano y amigo Marcelino, sigues vivo en mi memoria.

Pbro. Luis Antonio Villalvazo

Director de El Puente. Vicario Parroquial de San Antonio. Ciudad Guzmán.

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