Semilla de la Palabra, para el día 19 de noviembre de 2017.
Semilla de la Palabra,
Para el 33° Domingo Ordinario.
Descargar archivo aquí: Semilla 844 19 -11- 2017
Semilla de la Palabra,
Para el 33° Domingo Ordinario.
Descargar archivo aquí: Semilla 844 19 -11- 2017
Estamos acercándonos al final del año. No del año civil, para el que falta un poco más de mes y medio, sino del año litúrgico, que termina con la fiesta de Cristo Rey. De ahí que este domingo y el próximo, en la Palabra de Dios se nos ofrezcan textos que ayudan a pensar en la cercanía del fin, en la importancia de estar prevenidos y en la necesidad de un cambio en la vida. Hoy Jesús compara el Reino de Dios con diez jóvenes, cinco de las cuales eran previsoras y cinco no.
Semilla de la Palabra,
Para el 32° Domingo Ordinario.
Descargar archivo aquí: Semilla 843 12 -11 - 2017
Después de las denuncias que hizo a las autoridades religiosas de su tiempo, sumos sacerdotes, doctores de la ley y ancianos del pueblo, Jesús siguió enseñando a las multitudes y a sus discípulos. A propósito del modo de actuar de los escribas y fariseos, presenta el ideal de discípulos y discípulas que Él quiere en su comunidad. Lo que dijo a quienes lo escuchaban en aquella ocasión es también para nosotros hoy. La reflexión que hagamos sobre nuestra vida a la luz de sus enseñanzas, nos ayudará a prepararnos para recibirlo de manera sacramental en la Comunión.
A Jesús le hicieron una pregunta para tenderle una trampa. Ya lo traían de encargo, especialmente los doctores de la ley, los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo; tenían decidida su condena a muerte porque los denunciaba con su predicación y estilo de vida y andaban buscando razones para justificar su muerte. De ahí esta pregunta sobre el mandamiento más grande de la ley. A la luz de la respuesta de Jesús, quien no cayó en la trampa, podemos reflexionar este domingo y prepararnos para recibirlo en la Comunión sacramental.
La comisión que está animando el año de celebración por los 20 años de la...
A Jesús ya lo traían de encargo los fariseos, sumos sacerdotes, maestros de la ley y ancianos del pueblo. Los domingos anteriores escuchamos varias parábolas dirigidas a ellos para hacerles caer en la cuenta de que no estaban realizando bien su servicio de conducir al pueblo por el camino que Dios esperaba de ellos y más bien se estaban aprovechando de la gente para su beneficio. Hoy escuchamos cómo le ponen una trampa para poderlo acusar y justificar su condena a muerte, la cual ya tenían decidida. Lo que sucedió en aquella ocasión nos ayuda ver nuestra propia vida y a disponernos para recibir sacramentalmente a Jesús en esta Eucaristía dominical.
A todos nos gustan las fiestas porque en ellas hay convivencia, alegría, encuentro entre familiares, mucho de comer y mucho de beber. Este domingo la Palabra de Dios nos presenta la vida del Reino como un gran banquete que Dios ofrece a todos los pueblos de la tierra. En la primera lectura, el profeta Isaías describe la plenitud del Reino como un festín con platillos suculentos para todos los pueblos, un banquete con vinos exquisitos y manjares sustanciosos; allí no habrá sufrimiento ni lágrimas ni vergüenza de parte de su pueblo porque dejará de sufrir.