Homilías para el ciclo A
Este año en las celebraciones dominicales viviremos el ciclo litúrgico A. Durante este ciclo nos acercamos al testimonio y a las enseñanzas de Jesús que nos trasmite el Evangelio según San Mateo.
Estamos a finales del siglo I: hacia el año 70 acontece la catástrofe sobre Judea, pues Jerusalén y su templo son destruidos por los romanos. Posteriormente, los judíos cristianos son excluidos formalmente de la sinagoga y deben comenzar un caminar solos. Mateo parece escribir principalmente para estas comunidades, conscientes ya de su propia identidad.
Este año en las celebraciones dominicales viviremos el ciclo litúrgico A. Durante este ciclo nos acercamos al testimonio y a las enseñanzas de Jesús que nos trasmite el Evangelio según San Mateo.
Estamos a finales del siglo I: hacia el año 70 acontece la catástrofe sobre Judea, pues Jerusalén y su templo son destruidos por los romanos. Posteriormente, los judíos cristianos son excluidos formalmente de la sinagoga y deben comenzar un caminar solos. Mateo parece escribir principalmente para estas comunidades, conscientes ya de su propia identidad.
Según una tradición muy antigua, el autor de este Evangelio fue Mateo, uno de los doce discípulos de Jesús. Sin embargo, los datos del Evangelio están más bien a favor de un autor cristiano de origen judío, perteneciente a la segunda generación, que conocía el griego y que estaba familiarizado con el estudio del Antiguo Testamento. La situación reflejada por este Evangelio sugiere que se compuso entre el año 80 y 90 D. de C. y en cuanto al lugar de composición puede pensarse con mucha probabilidad en Antioquía de Siria.
Para aquellos cristianos, que vivían una dura confrontación con el judaísmo, era muy importante mostrar que Jesús era el Mesías, es decir, el hijo de David. Jesús no aparece como un Mesías glorioso, sino como el Hijo del hombre que tiene que padecer hasta morir completamente abandonado en una Cruz. No obstante para Mateo y su comunidad, Jesús es algo más que el Mesías, es ante todo el Hijo de Dios.
La Iglesia es para Mateo el pueblo reunido por Jesús, la verdadera descendencia de Abrahán, que ha heredado la misión del antiguo Israel. Los que pertenecen a esta nueva comunidad deben poner en práctica la voluntad del Padre, expresada en las palabras de Jesús y cuya misión consistirá en hacer llegar la Buena Noticia a todos los hombres.
El Evangelio de Mateo se distingue por su claridad. El tono es didáctico y el estilo sobrio. La gran introducción de la infancia (1-2) tiene valor de relato programático en relación a Moisés en Egipto y a los anuncios proféticos. El cuerpo se reparte geográficamente entre el ministerio en Galilea (4-13) y en Jerusalén (14-26). Aparte de otros bloques y conexiones, sobresalen en él los famosos cinco discursos –como nuevo Pentateuco–. El Sermón del Monte (5-7), contrafigura de la ley del Sinaí; la misión presente de los apóstoles (10), que prefigura la futura; las parábolas (13), que explican cómo es el Reinado de Dios; instrucciones a la comunidad (18); discurso escatológico (24-25). Sigue como desenlace la pasión, en relación al Salmo 22 y otros textos del Antiguo Testamento.
Nuevamente, con el propósito de favorecer el encuentro con la Palabra de Dios, apoyar la preparación de la Eucaristía Dominical y animar la vivencia de las Celebraciones de la Palabra, el Equipo Diocesano de PROCALA (Proyecto de Capacitación Laical), ofrece este material de reflexiones dominicales del ciclo litúrgico “A” elaborado por el Padre José Lorenzo Guzmán Jiménez. Deseamos que sea de mucha utilidad y provecho para todos los agentes de pastoral de la Diócesis de Ciudad Guzmán.
En este enlace las pueden descargar → Ciclo A 2014.
Aquí está la portada → Ciclo A 2014 (Portada).
EQUIPO DIOCESANO DE PROCALA
Aun no perteneciendo m entero de lo que acontece por medio del puente gracias padre por trasmitir tus conocimientos recibe saludos tu amigo el oso