Homilía del 3er domingo de Cuaresma 2011
“Señor, dame de esa agua para que no vuelva a tener sed” (Jn 4, 15). Estas palabras que salen del fondo del corazón de la samaritana, expresan lo que tendría que ser nuestra actitud ante Jesús. Como humanos tenemos sed de Dios y como bautizados tenemos la manera de calmarla: con Jesús. Pero, en la práctica, la gran mayoría de los cristianos busca saciar su sed en aguas que ofrecen el mercado y la sociedad de consumo. Hoy domingo se nos invita a recurrir a Jesús.