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Homilía del 20º domingo ordinario 2011

“¡Qué grande es tu fe!”

Textos: Is 56, 1. 6-7; Rm 11, 13-15. 29-32; Mt 15, 21-28.

“¡Qué grande es tu fe!” (Mt 15, 28). Con estas palabras alabó Jesús a aquella mujer cananea que sufría por la enfermedad de su hija y le suplicaba que tuviera compasión de ella. ¡Qué diferencia de palabras de Jesús en relación a las que dirigió a Pedro! A él, como escuchamos y reflexionamos el domingo pasado, cuando se estaba hundiendo y le pidió que lo salvara, le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” (14, 31). El discípulo con poca fe; ella con fe grande.

Homilía del 19º domingo ordinario 2011

“Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?”

Textos: 1Re 19, 9. 11-13; Rm 9, 1-5; Mt 14, 22-33.

“Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” (Mt 14, 31), le dijo Jesús a Pedro después de que le tendió la mano y lo sostuvo, cuando éste se estaba hundiendo y le pidió que lo salvara. Esta es una escena que representa muy bien lo que muchas veces vivimos los bautizados: nuestra poca fe. Este encuentro entre Pedro y Jesús se dio en un contexto de dificultades por el que pasaban los discípulos: primero la subida forzada a la barca, luego la tempestad y, por último, el miedo.

Homilía del 18º domingo ordinario 2011

Se compadeció de ella

Textos: Is 55, 1-3; Rm 8, 35- 37-39; Mt 14, 13-21.

Se compadeció de ella (Mt 14, 14). Con esta expresión, san Mateo nos ayuda a descubrir que Jesús es el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas. La gente lo buscaba y al ver a la multitud se le removieron las entrañas y reaccionó; no se quedó indiferente ni siguió en lo que estaba. Es lo que significa que se compadeció. Hizo suya la situación de aquella muchedumbre necesitada, al grado de dejar lo que hacía para atenderla, curar sus enfermos y predicarles la Buena Nueva.

Homilía del 17º domingo ordinario 2011

“Va y vende cuanto tiene”

Textos: 1Re 3, 5-13; Rm 8, 28-30; Mt 13, 44-52.

“Va y vende cuanto tiene” (Mt 13, 44. 46). Es lo que hace la persona que se encuentra un tesoro escondido en el campo, con tal de conseguirlo; eso mismo hace el comerciante en perlas finas cuando ve una muy valiosa y se decide a hacerla suya. ¡Venden todo! Aquí pone Jesús el acento cuando nos aclara lo que tiene que ser para nosotros el Reino de Dios: un tesoro invaluable por el que vale la pena deshacerse de toda actitud y estilo de vida contrarios a Él.

Homilía del 16º domingo ordinario 2011

"¿Qué no sembraste buena semilla en tu campo?"

Textos: Sab 12, 13. 16-19; Rm 8, 26-27; Mt 13, 24-43.

“¿Qué no sembraste buena semilla en tu campo?” (Mt 13, 27), le pregunta uno de los trabajadores al amo, en la parábola que acabamos de escuchar. Y continúa: “¿De dónde, pues, salió esta cizaña?” (Id.). Estas preguntas nos pueden servir de revisión en relación a lo cerca o lejos que estemos del Reino de Dios. Para esto es necesario descubrir qué semilla se ha sembrado en nosotros, si somos semilla buena o cizaña y qué semilla estamos sembrando entre los nuestros.