Mes: octubre 2012

Homilía para el 30° domingo ordinario 2102

Proceso de fe

Textos: Jr 31, 7-9; Hb 5, 1-6; Mc 10, 46-52.

Escucha la homilía → Ordinario30 B.

En Bartimeo nos encontramos un verdadero proceso de fe, al que nos comprometimos antes de recibir el Bautismo, en la voz de nuestros papás y padrinos. Ellos asumieron la responsabilidad de educarnos en la fe; es el compromiso que se echan a cuestas cuando piden el Bautismo para sus hijos o ahijados. Según lo que escuchamos en la narración del evangelista san Marcos, Bartimeo comenzó ciego y terminó siguiendo a Jesús por el camino hacia Jerusalén.

Homilía para el Domingo Mundial de las Misiones 2012

Hacer discípulos

Textos: Is 56, 1. 6-7; 1 Tim 2, 1-8; Mt 28, 16-20.

En estos días ha habido varios acontecimientos ligados a la misión de la Iglesia: el día 11 se cumplieron 50 años del inicio del Concilio Vaticano II, que vino a transformar la vida de la Iglesia; ese mismo día fue la inauguración del Año de la Fe, convocado por el Papa Benedicto XVI con la finalidad de fortalecer nuestra fe; desde el 7 y hasta el 28 de este mes se está realizando el Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana.

Homilía para el 28° domingo ordinario 2012

La riqueza impide ser cristiano

Textos: Sb 7, 7-11; Hb 4, 12-13; Mc 10, 17-30.

Lo que dice la Carta a los Hebreos es bien cierto: que la Palabra de Dios descubre los pensamientos e intenciones del corazón (4, 12). Lo descubrimos en aquel joven que se puso de rodillas ante Jesús y lo captamos en nuestra propia vida. El proyecto de vida del joven estaba cimentado en las riquezas. Esto apareció claro cuando Jesús le pidió que vendiera todos sus bienes y que el dinero de la venta se lo diera a los pobres. Lleno de bienes no podía seguir a Jesús.

Homilía para el 27° domingo ordinario 2012

Igualdad

Textos: Gn 2, 18-24; Hb 2, 8-11; Mc 10, 2-16.

A propósito de una pregunta que le hacen sobre el divorcio y de una situación que vive con sus discípulos, Jesús deja claro que hombres y mujeres, que adultos y niños, que ricos y pobres, gozamos de igualdad. Lo dice Dios, lo proclama el hombre, lo reafirma Jesús. Esto nos ayuda a valorar la vida de nuestras familias y nuestro modo de relacionarnos con los demás; nos sirve, además, para descubrir situaciones y actitudes que hay que cambiar en nuestra vida actual.