Las huellas de nuestro caminar

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La Diócesis de Ciudad Guzmán fue creada por el Papa Pablo VI en la bula dada el 25 de marzo de 1972. El 30 de junio de ese mismo año fue erigida y tomó posesión su Primer Obispo Don Leobardo Viera Contreras. La Diócesis nació en el contexto de la renovación eclesial impulsada por el Concilio Vaticano II, por eso está marcada y orientada por las luces y anhelos conciliares, que luego fueron asumidos por la Segunda Conferencia del Episcopado Latinoamericano celebrada en 1968 en la ciudad de Medellín, Colombia.

Nuestra Diócesis ha sido una Iglesia que consciente de su caminar, conserva la memoria de su pasado, mismo que ilumina el presente y proyecta al futuro. Por eso en el marco de la celebración por los 40 años de vida diocesana, no debemos olvidar el significado de nuestra identidad y el tesoro de nuestra historia.

Después de la llegada del segundo obispo don Serafín Vásquez en el Curso de Pueblo Nuevo en 1979, se asumió la Pastoral de Conjunto como camino para ser una Iglesia de comunión y en 1883 se lleva a cabo la proclamación de nuestras opciones diocesanas: las Comunidades Eclesiales de Base, los pobres y los jóvenes, que fue un hecho que marcó nuestro caminar.

Desde un principio nuestra Diócesis quiso irse construyendo como pueblo de Dios en comunión y participación para realizar una evangelización inculturada en esta región del Sur de Jalisco. Clave de este proceso ha sido la promoción vocacional, para que desde la misma Diócesis surjan los pastores que acompañen las comunidades en su proceso pastoral. Con la finalidad de que la formación sacerdotal se realizara en el contexto social y pastoral diocesano se inició en 1983, el Seminario Mayor en donde se han formado ya unos 60 sacerdotes que colaboran en las parroquias o en diferentes servicios eclesiales.

En 1985 de la destrucción causada por el terremoto del 19 de septiembre surgió la organización y la solidaridad. Como el Buen Samaritano, la Iglesia Diocesana puso al servicio de los damnificados sus agentes, sus espacios y sus recursos y se generó un proceso de reconstrucción que fue más que una respuesta a las necesidades inmediatas y trascendió en el surgimiento de Organizaciones Básicas que han atendido las emergencias de la falta de empleo, salario, salud, alimentación y otras.

Con la finalidad de ofrecer un espacio de capacitación para los laicos de la Diócesis se creó en 1987 el PROCALA (Proyecto de Capacitación Laical) que integró en un principio cuatro materias: Biblia, Teología, Documentos de la Iglesia y Sociología, esta última se cambió por la materia de Doctrina Social de la Iglesia. El Proyecto ha sido un espacio de estudio y animación del compromiso laical en las comunidades.

De 1994 a 1996 celebramos el Primer Sínodo Diocesano con el lema: “Iglesia en camino servidora del Reino” y con el objetivo de “Rescatar, valorar, proyectar y normar la experiencia de Iglesia Particular que va realizando nuestra Diócesis de Ciudad Guzmán, para encontrar caminos de Evangelización a favor de nuestros pueblos del Sur de Jalisco”. El Sínodo ha sido el acontecimiento más importante de nuestra Iglesia Local porque fue un esfuerzo por reflexionar nuestra realidad y un proceso que abrió perspectivas para dar razón de nuestra esperanza. Con la finalidad de aplicar el Sínodo y de seguir animando nuestro caminar, desde 1997 se han celebrado ocho Asambleas Diocesanas.

El 10 de febrero de 2000, llegó a nuestra Diócesis, como tercer Obispo, Don Rafael León Villegas. Él como pastor de esta Iglesia Particular, consciente de la importancia y trascendencia de estos acontecimientos, ha subrayado que las Asambleas son expresión de sinodalidad de nuestra Iglesia Diocesana, tanto en la participación eclesial como por ser un espacio de la toma de decisiones fundamentales, para poner en práctica nuestro Plan Diocesano de Pastoral, que determina los senderos por los que ha de caminar nuestra Diócesis.

Así mismo, reconocemos que en estos últimos 15 años de caminar, las ocho Asambleas Diocesanas Post-Sinodales han sido un faro que ha orientado los esfuerzos pastorales de frente al futuro; un impulso que ha provocado “el caminar juntos” y dar pasos en nuestra historia diocesana con esperanza y compromiso.

Al recorrer este esperanzador camino nos ha animado tanto el clima de conversión pastoral posterior al Concilio como las Conferencias del Episcopado de América Latina en Medellín, Puebla, Santo Domingo y, recientemente, Aparecida.

El 20 de noviembre de 2009, después de un largo proceso comunitario y participativo, se promulgó el Cuarto Plan Diocesano de Pastoral, que anima en nuestros días a toda la comunidad cristiana, a realizar la misión evangelizadora en estas tierras del Sur de Jalisco.

¡Los 40 años de la Diócesis son una oportunidad para hacer memoria y animar el compromiso de mantenernos en la construcción del Reino de Dios!

Publicación en Impreso

Edición: 118
Sección: Hagamos Memoria
Autor: P. Alfredo Monreal

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