Homilía para el 5º domingo de Pascua 2023

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El camino es para recorrerse y llegar al punto a donde uno se dirige.

Recorrer el camino

Textos: Hch 6,1-7; 1 Pe 2,4-9; Jn 14,1-12

A la pregunta de Tomás, Jesús se presentó como el camino, la verdad y la vida. Esta triple dimensión del ser de Jesús se nos recuerda hoy en nuestra condición de discípulos suyos. “Acérquense al Señor Jesús”, como dice san Pedro. Es para conocerlo más y seguirlo.

Una vez le pregunté a uno de mis hermanos, que era trailero, que para dónde iba ese camino. “A ninguna parte –me respondió–. El camino ahí está, uno es el que va y viene”. El camino es para recorrerse y llegar al punto a donde uno se dirige. Como Iglesia vamos al encuentro del Señor. Jesús dijo que nadie va al Padre si no es por Él. Por eso se presentó como el camino. Entonces, hay que recorrer lo que Él trazó con su vida, sus palabras y sus hechos.

¿Qué hizo Jesús? Anunció el Reino de Dios y lo hizo presente con signos concretos: sirvió, curó, perdonó, consoló, devolvió la vida, multiplicó los panes, denunció injusticias, expulsó demonios, tuvo dificultades por eso; entregó la vida en la cruz. Ese es el camino para llegar al Padre, para vivir como pueblo de Dios, como sacerdocio real y nación consagrada a Dios, para proclamar sus obras maravillosas. Jesús nos dejó ese camino para que lo recorramos. Entonces, nosotros, personal y comunitariamente, tenemos que anunciar y hacer presente el Reino de Dios, servir, curar, consolar, perdonar, denunciar injusticias, compartir el pan, luchar contra el mal, entregar la vida, conscientes de que esto nos traerá dificultades.

Jesús se presentó también como la verdad. La verdad es para buscarla, encontrarla, proclamarla, sostenerla, defenderla. Jesús es la verdad que Pilato no conoció, a pesar de que la tenía enfrente y le estaba diciendo que había venido al mundo para dar testimonio de la verdad y que todo aquel que está de parte de la verdad lo escucha (Cf. Jn 18,37-38). De ahí que tenemos que buscar a Jesús, encontrarnos con Él, conocerlo, anunciarlo, defenderlo, darlo a conocer, tanto a Él como a su proyecto del Reino de Dios. Esta es tarea de la comunidad en relación a los que reciben el bautismo, tarea que hay que realizar en medio de la ciudad.

Además de identificarse como el camino y la verdad, Jesús se presentó como la vida. Él vino para traernos la vida en abundancia, como escuchamos el domingo pasado. La vida es para contemplarla, agradecerla, vivirla, gozarla, respetarla, defenderla, proyectarla; la vida toda: la del planeta, las plantas, los animales, las personas, la comunidad, desde su concepción hasta su término natural. Los incendios provocados de los bosques, la contaminación del aire, el agua y la tierra con químicos, la basura tirada por dondequiera, la violencia y agresiones entre personas, familias y grupos, el abandono de los enfermos y desechados, la trata de personas, los abusos en contra de menores, la destrucción de los procesos comunitarios en barrios, colonias y ranchos, etc., están siendo señales de que no estamos contemplando, agradeciendo, viviendo, gozando, respetando, defendiendo ni proyectando la vida. Es señal de que no hemos hecho lo mismo con Jesús, su persona, sus enseñanzas, sus hechos.

Hoy se nos invita de parte de Jesús a seguirlo como nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida. Para eso, necesitamos hacer lo que pide Pedro: acercarnos al Señor Jesús, para vivir nuestro sacerdocio bautismal ofreciendo sacrificios espirituales, agradables a Dios, para caminar hacia Él. Entonces hay que recorrer el camino, conocer, proclamar y defender la verdad; valorar, vivir y defender la vida; es decir, hacer lo que Jesús realizó hasta su muerte en la Cruz. Preparémonos para recibirlo sacramentalmente en la Comunión.

7 de mayo de 2023

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