Homilía para el 4º domingo de Pascua 2023

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No busquemos a otras personas para seguirlas, sino a Jesús. Él es nuestro referente, nuestro pastor, nuestra puerta en la vida.

Volver a Jesús, nuestro Pastor

Textos: Hch 2, 14. 36-41; 1 Pe 2, 20-25; Jn 10, 1-10

Los textos de hoy nos invitan a volver a Jesús, nuestro Pastor. Él vino para traernos la vida en abundancia, aunque esto le costó subir al madero de la cruz, cargado de nuestros pecados, y morir en ella. A ese grado llegó su amor de pastor y guardián de nuestras vidas.

¿Por qué se nos recuerda de volver a Jesús en nuestra vida? Porque hay muchas personas que se presentan como pastores, como guías, como personas que ofrecen buenas condiciones de vida y lo que buscan es juntar gente para su causa, para sacar ganancias o hacer negocios. No les interesan las personas, sino su propio beneficio, tener más adeptos, lograr mayores ganancias. Es lo que sucedía con muchos dirigentes religiosos de Israel, a quienes Jesús se refiere como ladrones y bandidos. Solamente se dedicaban a robar, a matar y a destruir, siendo que tenían la responsabilidad de ayudar, servir, conducir, unir a su pueblo.

Jesús se presentó como pastor y como puerta. Con Él está asegurada la vida de sus discípulos, la vida de su rebaño, porque vino para traernos la vida abundante de parte de Dios. Por una parte, es el pastor que entra por la puerta, conoce a sus ovejas, las llama por su nombre, las condice, camina delante de ellas, lo siguen porque lo conocen y saben que no les va a hacer daño. Jesús es la presencia pastoral de Dios a favor de su pueblo. Realiza el pastoreo de Dios, como está expresado en el Salmo que proclamamos: con Él nada falta, conduce hacia fuentes tranquilas, guía por el camino recto, está con su rebaño, lo acompaña con misericordia. A este Jesús es a quien tenemos que volver en nuestra vida para dejarnos conducir por Él, experimentar la vida abundante de Dios y transmitirla a los demás.

Por otra parte, Jesús es la puerta. Es por donde se entra a la vida, al alimento, a la salvación. Para los miembros de su rebaño, para nosotros como bautizados, el modo para entrar en la vida del Reino es pasando por Jesús, es decir, aceptándolo y viviendo de la misma manera, anunciando y haciendo presente el Reino de Dios, entregando la vida por medio del servicio, asumiendo el costo de la cruz. Por eso, se presenta como puerta de entrada al Reino y de salida al mundo, a las periferias, para transmitir la vida recibida del Padre a través de Jesús.

Por eso está la invitación a volver a Jesús. Para nosotros también es la respuesta a la pregunta que le hicieron a Pedro: “¿Qué tenemos que hacer?”. Conviértanse, es decir, cambien de vida, para asumir la vida de Dios traída y ofrecida por Jesús. Y Jesús quiere que entremos por Él, que nos encontremos con Él, que asumamos su estilo de vida y su misión. Esto es mucho más que estar bautizados y asistir a la Misa los domingos. Aquí nos alimentamos de Él, pero para llenarnos de su vida, fortalecernos y salir como misioneros a la comunidad.

No busquemos a otras personas para seguirlas, sino a Jesús. Él es nuestro referente, nuestro pastor, nuestra puerta en la vida. Huyamos de quienes se presentan como pastores, pero solamente vienen a robar, a matar y a destruir. Tampoco seamos de estas personas que se aprovechan de los demás, abusan de ellos, sacan provecho para sí mismos o para su grupo. “Pónganse a salvo de este mundo corrompido”, como dijo Pedro a sus oyentes el día de Pentecostés. Sigamos a Jesús, aunque por hacer el bien haya dificultades o sufrimientos, como aclara el mismo Pedro en su Carta. El ejemplo lo tenemos en Jesús, nuestro Pastor.

Dispongámonos a recibir sacramentalmente a Jesús, para llenarnos de su vida abundante. Prolonguemos esta vida en la comunidad, como ovejas del Buen Pastor.

30 de abril de 2023

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