Guía para la celebración dominical en familia (24 de octubre de 2020)

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Les compartimos una guía para la celebración dominical en familia, para el próximo domingo 24 de octubre.

Atender los gritos de los pobres

Celebración dominical de la Palabra en familia – 30º Domingo ordinario – 24 de octubre de 2021

Parroquia de Santo Niño Milagroso, en Huescalapa, Jal.


  • Tener un altar con la Biblia abierta en Mc 10, 46-52, el cirio encendido y flores. Una imagen de Jesús con el ciego Bartimeo. Imágenes de personas que piden limosna. Letreros: “Ten compasión de mí”, “¿Qué quieres que haga por ti?”, “Tu fe te ha salvado”.

 

INICIO

CANTO:  El Señor es mi luz y mi salvación (Se puede encontrar y descargar en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=hX0drSibXw4).

PAPÁ:     Hoy es el Domingo Mundial de las Misiones. Desde nuestra casa nos unimos a la Iglesia que celebra la Resurrección de Jesús, el Hijo de Dios. En el evangelio nos encontraremos con Jesús que escucha a un ciego y lo cura. Participemos con gusto en esta celebración dominical de la Palabra.

MAMÁ:    Iniciamos En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

¿Qué vemos en el altar? ¿En qué nos hace pensar? ¿Cuántas familias o personas de nuestro barrio dependen de la ayuda de los demás para vivir? ¿En qué situación viven? ¿Qué hemos hecho por ellas?

Para prepararnos a escuchar el evangelio, pidamos perdón a Dios por nuestra indiferencia ante estas situaciones. A cada oración, respondemos: Ten compasión de nosotros, Señor.

PAPÁ:     Señor, hay millones de personas a la orilla de los caminos de la sociedad.

MAMÁ:    Señor, Tú escuchas los gritos de los pobres que claman justicia y nosotros no.

HIJO:       Señor, Tú entras en diálogo con los que sufren y la sociedad los calla.

HIJA:       Señor, Tú atiendes al pobre en sus necesidades y nosotros poco o nada.

TODOS/AS: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

 

PALABRA DE DIOS

PAPÁ:     Jesús nos enseña el camino a seguir ante las situaciones de sufrimiento provocadas por la pobreza, la enfermedad y la exclusión. Escuchemos el evangelio con atención.

  • Uno de los hijos toma la Biblia del altar y lee Mc 10, 46-52 (Nota: si es necesario se lee otra vez).

Volvamos al texto del evangelio: ¿Dónde estaba sentado Bartimeo? ¿En qué situación vivía? ¿Qué gritó cuando supo que iba pasando Jesús de Nazaret? ¿Qué hizo la gente al escuchar sus gritos? ¿Qué gritó con más fuerza? ¿Qué hizo Jesús al escuchar sus gritos? ¿Qué noticia le dieron al ciego? ¿Qué hizo enseguida Bartimeo (tres cosas)? ¿Qué le preguntó Jesús? ¿Qué le pidió? ¿Cuál fue la respuesta de Jesús? ¿Qué hizo Bartimeo en cuanto comenzó a ver?

PAPÁ:     Ante el hecho de que la sociedad busca acallar a los que gritan porque tienen hambre, están sufriendo injusticias, les han desaparecido algún familiar, tienen alguna enfermedad, los han violentado, Jesús deja claro que sus discípulos debemos escuchar y atender a los descartados.

MAMÁ:    La misión de la Iglesia es la misma de Jesús: anunciar y hacer presente el Reino de Dios en el mundo. El Reino se hace presente cuando se atiende a los pobres, escuchándolos y ayudándoles a rehacer su vida.

HIJO/A:   Como discípulos y discípulas de Jesús debemos tener nuestros ojos abiertos y nuestros oídos atentos, para descubrir su rostro sufriente en los pobres y escuchar la voz de Dios en los gritos de los pobres.

TODOS/AS: ¿Qué quieres, Señor, que hagamos por ellos?

 

ORACIÓN Y BENDICIÓN

PAPÁ:     Hagamos oración a Dios a partir de lo que escuchamos y reflexionamos a partir del evangelio.

TODOS/AS: Te bendecimos, Padre, por Jesucristo, tu Hijo, nacido de las tinieblas de la noche, luz de las naciones y antorcha de la Iglesia.

Por ser Él tu Palabra, pidió que se atienda a los que gritan su dolor y desesperación. Por ser Él la luz del mundo, dio la vista a los ciegos situados al borde del camino. Por ser Él tu enviado para la salvación, valoró la fe de quienes creyeron en tu proyecto de Reino.

A nosotros nos ha enviado para que también seamos portadores de luz para los que están a la orilla de los caminos de la sociedad, para que los escuchemos, los atendamos, los reintegremos en una vida digna. Por eso, Padre, te estamos agradecidos y te decimos: Padre nuestro

MAMÁ:    Terminemos nuestra celebración dominical pidiendo a Dios su bendición. Que animados por ella vivamos como hermanos de los descartados.

  • Cada quien bendice a los demás, diciéndoles: Que, al igual que Jesús, te detengas ante los gritos de los pobres y los atiendas. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
  • Canto final: El Señor es mi luz y mi salvación.

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