Los sacerdotes celebran su día
Como cada año, los sacerdotes de nuestra Diócesis se encontraron para celebrar a su santo Patrono Tranquilino Ubiarco el pasado martes 5 de octubre, en el Seminario Mayor, en un clima de fraternidad.
Alrededor de las 10:30 de la mañana, los de lejos y los de cerca, comenzaron a llegar. A las 11:15 inició el encuentro con una celebración de la Palabra presidida por el señor obispo, en el templo de san Pío X. Don Rafael, con el cariño de padre y pastor, les dio la bienvenida y los invitó a vivir de acuerdo al don del sacerdocio que han recibido. Luego, les externó su preocupación sobre la situación de pobreza, inseguridad y violencia que envuelve a muchos de nuestros pueblos. Enseguida expresó su reconocimiento a los sacerdotes de la sexta vicaría por su entrega y acompañamiento pastoral a estas comunidades enclavadas en la sierra de Tapalpa y en la zona tras volcánica con las que se encontró recientemente en su visita pastoral. Después, retomando la voz de los obispos latinoamericanos, comentó sobre la importancia del proceso de formación en los seminarios. Solicitó al equipo de profesores y formadores dar su mayor esfuerzo para que los futuros sacerdotes tengan la suficiente preparación en la dimensión humana, intelectual, espiritual y pastoral. Finalmente, los invitó a fortalecer la fraternidad solidaria a través de la oración y reflexión de la Palabra de Dios; de la vivencia de la Eucaristía, de la convivencia y de la reflexión pastoral de su ministerio que los lleve a reflejar a Cristo, el Buen Pastor con mayor intensidad.
Las bienaventuranzas, síntesis de la vida cristiana y esencia del estilo de vida de todo discípulo de Jesús comprometido con su proyecto del Reino, fue el tema de reflexión. El P. Salvador Trujillo Martín, párroco de la parroquia de san Pedro, Apóstol, proclamó el texto evangélico.
En memoria del santo patrono de nuestros sacerdotes, el P. Alfredo Monreal Sotelo, formador del Seminario, presentó una breve reseña histórica de la vida de san Rodrigo Aguilar Alemán, mártir de la Guerra Cristera y contemporáneo de san Tranquilino. San Rodrigo nació en Sayula el 13 de marzo de 1875; fue alumno del seminario auxiliar de Ciudad Guzmán donde se distinguió por su talento literario. En octubre de 1927, siendo párroco interino de Unión de Tula, Jalisco, murió ejecutado por soldados federales. Fue beatificado el 22 de noviembre de 1992, y canonizado por el Papa Juan Pablo II el 21 de mayo del 2000.
La celebración concluyó con el rezo de la letanía de los mártires mexicanos que guiaron los padres Cenobio Meza y Fabián Zamora, integrantes del equipo de espiritualidad, coordinador de este encuentro, y con las oraciones del Quinto Congreso Eucarístico Nacional, celebrado en la ciudad de Tijuana, por la paz y el Padre Nuestro. Al final, el señor obispo los bendijo y los animó a continuar viviendo su sacerdocio con entrega generosa.
Luego del momento de oración, vino el espacio de reflexión. En este año, el tema elegido contó con la aprobación de todos. Conocer el nuevo proyecto de Pastoral Vocacional no sólo resultó interesante, sino necesario y oportuno. El P. Andrés Martínez Vázquez, coordinador diocesano de vocaciones, presentó y entregó por escrito a los 67 sacerdotes participantes el proyecto diocesano de pastoral vocacional. La nueva visión de esta propuesta con rostro diocesano, que pretende enraizarse en el corazón de los barrios, colonias y ranchos, con su diagnóstico, objetivos, desafíos y líneas de acciones claros, despertó interés y abrió nuevos horizontes. “Conocerlo, asimilarlo y ponerlo en práctica es nuestro reto, tarea y esperanza”, afirmó el P. Andrés.
Con el afán de animar el compromiso de los sacerdotes en este proyecto, se leyó en grupos un escrito titulado: El presbítero, un animador vocacional, que forma discípulos misioneros en parroquia, la comunidad de comunidades”. Enseguida se presentó la experiencia de acompañamiento vocacional que el equipo de Pastoral Vocacional de la zona de Tapalpa ha vivido en los últimos años. Al final, el acuerdo fue apoyar este proyecto de la pastoral vocacional, desde las parroquias y vicarías con acciones concretas que respondan a los siete desafíos planteados en este proyecto.
Al filo de las 13:00 horas, la convivencia continuó. Los sacerdotes que aún pueden moverse se enfundaron su uniforme deportivo y sus zapatos de futbol para enfrentarse al joven y entusiasta equipo de los seminaristas. El buen toque de balón y el “colmillo” de los sacerdotes se impusieron al veloz y alocado juego de los seminaristas. El marcador final fue 7 a 4 favorable a los padres que continúan imponiendo su jefatura a pesar de sus años y kilos. El público gozó, no sólo por el juego, sino por los elotes, botanas y bebidas que estuvieron degustando al ritmo de la música del conjunto musical de Tuxpan.
El encuentro terminó con una sabrosa comida preparada con el cariño y sazón de siempre por el equipo de las cocineras del seminario coordinado por Doña Lupe Ballón. No comió quien no quiso; y los que quisieron, se llenaron a no más pedir. Las cazuelas de sopa de arroz, de pollo en mole, de chicharrón en salsa verde, de birria de res, de ensaladas de nopales, de rajas con crema… quedaron limpias. Al final, se partió el pastel. A las 3:00 de la tarde, cada participante se fue despidiendo de sus hermanos sacerdotes y tomando rumbo a su comunidad. Fue así que los sacerdotes en un ambiente de oración, estudio, reflexión y convivencia festejaron su día.
Publicación en Impreso
Número de Edición: 113
Autores: P. Edgar Humberto Solano
Sección de Impreso: Raíces del Sur