Guía para la celebración dominical en familia (13 de junio de 2021)

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Les compartimos una guía para la celebración dominical de la Palabra en familia, para este domingo 13 de junio.

Sembrar las semillas del Reino

Celebración dominical de la Palabra en familia – 11º Domingo ordinario – 13 de junio de 2021

Parroquia de Santo Niño Milagroso, en Huescalapa, Jal.


  • Tener un altar con la Biblia abierta en Mc 4,26-34, el cirio encendido y flores. Una imagen de Jesús y, alrededor de ella, papeletas con los letreros: Justicia, Perdón, Solidaridad, Amistad, Paz, Escucha, Diálogo, Amor, Servicio; en cada una colocar una semilla pequeña: arroz, alpiste, alfalfa, mostaza, chía, ajonjolí, mijo, nabo, rábano, avena, zanahoria…

 

INICIO

CANTO:  Iglesia sencilla (Se puede encontrar y descargar en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=z2cBEaeJteI).

PAPÁ:     Nos reunimos como Iglesia en esta casa para unirnos a la celebración dominical del Día del Señor. Hoy san Marcos nos presenta dos parábolas que Jesús dijo para explicar la dinámica del Reino de Dios. Participemos con gusto en esta celebración.

MAMÁ:    Iniciamos En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Nos preparamos para escuchar el evangelio, reconociendo que somos miembros pecadores del santo pueblo de Dios. Digamos juntos:

TODOS:  Yo confieso

 

PALABRA DE DIOS

PAPÁ:     Jesús realizó su misión de anunciar y hacer presente el Reino de Dios de varias maneras: con su modo de vivir, con sus enseñanzas, con su servicio de curar enfermos, expulsar demonios, perdonar pecados, multiplicar los panes… Escucharemos dos parábolas con las que, a partir de unas semillas pequeñas que crecen, Jesús dio a entender que el Reino crece de manera silenciosa y eficaz.

Antes de escuchar el texto del evangelio, observemos el altar y comentemos: ¿Qué hay? ¿Conocemos la dinámica de vida de estas semillas? ¿Qué pasará con ellas si se siembran? ¿Qué tanto crecerán las plantas?

  • Uno de los hijos toma la Biblia del altar y lee Mc 4,26-34 (Nota: si es necesario se lee otra vez).

Volvamos al texto del evangelio. Primero platicaremos de una parábola y después de la otra: ¿Con qué compara Jesús el Reino de Dios? ¿El que la siembra sabe cómo germina y crece? ¿Quién le ayuda a la tierra a producir el fruto? ¿Cuándo se hace la cosecha?

HIJO:       El Reino crece sin que el sembrador sepa cómo sucede y a un ritmo que no depende de este, sino de la condición de calidad de la tierra y, sobre todo, de Dios, su Dueño, quien la hace germinar, crecer y dar fruto, y finalmente la cosechará. Esto tiene que suceder con nosotros si dejamos que la Palabra de Dios entre en nuestra familia y comunidad.

PAPÁ:     ¿Con qué otra semilla comparó Jesús el Reino de Dios? ¿Qué dice del tamaño de la semilla de mostaza? ¿Qué sucede con ella una vez que es sembrada? ¿Para qué sirven sus ramas?

HIJA:       El Reino de Dios es insignificante y crece de manera que ni se nota, como una semilla de mostaza; pero llega a ser tan grande que los pobres y todos los pueblos tienen cabida en él. El Reino es de Dios y por eso, aunque el trabajo del sembrador sea mínimo, la fecundidad del Reino es muy grande. A nosotros nos toca sembrar las semillas de amor, justicia, perdón, armonía, paz, en nuestro barrio; si se siembran con pequeños signos de hermandad y de armonía con la naturaleza, Dios las hará crecer muchísimo.

TODOS/AS: Nosotros somos sembradores. Trabajemos confiados en Dios, que es el Creador y Dueño de la semilla, de la tierra y del Reino.

 

ORACIÓN Y BENDICIÓN

  • Cada quien toma una papeleta con su semilla y recitan juntos la oración:

TODOS/AS: Te damos gracias, Padre bueno, y te bendecimos, porque con la venida de tu Hijo Jesús ha empezado a venir tu Reino. Por medio de Él has originado un movimiento misterioso de germinación, de gestación, de crecimiento y fructificación.

Gracias, porque Jesús es la verdadera semilla del Reino, que, hundiéndose en la tierra profunda de nuestros corazones, de nuestro barrio y de nuestra Casa común, va pujando, abriendo caminos de luz y de vida.

Te damos gracias, Padre, porque en Jesús nos revelas la aparente contradicción de la fe: sólo lo pequeño e insignificante tiene la posibilidad de comulgar con la dinámica de tu Reino, no así lo grandioso, aparatoso o exitoso.

Ayúdanos con tu Espíritu a colaborar contigo en la siembra de tu Reino en nuestro barrio; que sepamos ayudar en la necesidad, compartir nuestro pan con quienes no tienen para el día, perdonar las ofensas, cuidar y defender la naturaleza, trabajar por la paz. Padre nuestro…

MAMÁ:    Pidamos a Dios su bendición para colaborar con Él en la siembra del Reino. Haciendo sobre nosotros la señal de la cruz, decimos: El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.

  • Canto final: Iglesia sencilla.

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