Guía para la celebración dominical de la Palabra en familia (27 de septiembre)

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Les compartimos una guía para vivir una celebración dominical de la Palabra en familia, el próximo domingo 27 de septiembre.

Vivir coherentemente

Celebración dominical de la Palabra en familia – XXVI Domingo ordinario – 27 de septiembre de 2020

Parroquia de Santo Niño Milagroso, en Huescalapa, Jal.

 

  • Preparar un altar con el cirio encendido, flores, un crucifijo, la Biblia abierta en Mt 21, 28-32. Una imagen de la parábola de los dos hijos. Varios letreros: “Prometer y no cumplir”, “Decir y no hacer”, “Decir una cosa y hacer otra”, “Aparentar ser buenos y obrar el mal”, “Decir que se ama a Dios y se maltrata al hermano”.

 

INICIO

CANTO: Parábola de los dos hijos (Se puede encontrar y descargar en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=6CwbRmMelgY).

PAPÁ:     Este domingo, junto con muchísimas comunidades nos vamos a encontrar con Jesús resucitado. Él nos invitará en el evangelio a convertirnos para entrar en el Reino de Dios. Vivamos con alegría nuestra celebración.

MAMÁ:    Iniciamos En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Observemos el altar a la Palabra (silencio). ¿Qué nos hace pensar? ¿Cuántas veces nos hemos comprometido a vivir bien, a ayudar a los demás, a vivir como hermanos, a cuidar la naturaleza y no hemos cumplido? (cada quien platique sobre la última vez que actuó así).

Vamos a pedir perdón a Dios porque no siempre somos coherentes: decimos una cosa y hacemos otra, nos comprometemos a algo y no lo cumplimos, aparentamos ser buenos y hacemos el mal. A cada oración, respondemos: Perdón, Señor, por ser mentirosos.

PAPÁ:     Decimos que amamos a Dios y no cumplimos sus mandamientos.

MAMÁ:    Decimos que vamos a ayudar a los demás y no lo hacemos.

HIJO:       Decimos que nos vamos a portar bien y nos portamos mal en casa y en la comunidad.

HIJA:       Decimos que vamos a cuidar la naturaleza y la maltratamos.

JUNTOS: Decimos que vamos a vivir como hermanos y continuamente peleamos.

 

PALABRA DE DIOS

PAPÁ:     El texto del evangelio de este domingo nos presenta la parábola de los dos hijos. Uno cumple la voluntad de su papá y el otro no. Hay que identificarnos con uno de los dos. Escuchemos con mucha atención.

  • Uno de los hijos toma la Biblia del altar y lee Mt 21, 28-32 (Nota: Si es necesario, se lee otra vez el texto).

¿Qué nos llama la atención de esta parábola? ¿Qué le pidió el papá al primero de sus hijos? ¿Qué le respondió? ¿Qué hizo ese hijo? ¿Qué le pidió el papá al segundo de sus hijos? ¿Qué le respondió? ¿Qué hizo ese hijo? ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su papá? ¿Quiénes llegan primero al Reino de Dios? ¿Por qué? ¿Quiénes no llegan al Reino? ¿Por qué?

MAMÁ:    Con esta parábola, Jesús da a entender lo que sucede en el Reino de Dios. Un hijo representa al pueblo de Israel, que dijo “sí” cuando aceptó la Ley, que nosotros llamamos los mandamientos, pero no hizo la voluntad de Dios; el otro hijo representa a los pecadores, que dicen “no” al plan de Dios, pero se arrepienten, siguen el camino de Dios testimoniado por Juan Bautista, aceptan a Jesús, el Mesías, y se convierten en discípulos.

Nosotros estamos llamados a escuchar a Jesús, aceptar su mensaje del Reino y convertirnos, para entrar en la vida del Reino de Dios. No basta con decir que sí lo vamos a seguir en su camino; es necesario que vivamos como Él nos enseña. ¿Qué vamos a hacer para cumplir sus enseñanzas?

 

ORACIÓN Y BENDICIÓN

PAPÁ:     Vamos a bendecir a Dios, que conoce a todos sus hijos e hijas, sabe quiénes son coherentes y quiénes no, y ve con agrado a quienes, como Jesús, cumplen su voluntad. Decimos juntos:

TODOS/AS: Te bendecimos, Padre santo, Dios cercano en nuestras vidas.

Te damos gracias porque conoces a cada uno por su nombre y por su vida.

Tú conoces los pecados ocultos de los “justos” y la disposición interior de los “pecadores”.

Te damos gracias por Jesucristo, tu Hijo, pues su vida y su palabra eran coherentes, y con su muerte confirmó su mensaje. Por eso lo resucitaste.

Ayúdanos a caminar en la coherencia de vida, pues prefieres la verdad de los humildes que buscan el derecho y la justicia, a las declaraciones correctas de los buenos, que buscan sus propios intereses.

Envíanos tu Espíritu, que nos ayude a convertirnos y creer en Jesús.

Padre nuestro

MAMÁ:    Terminemos nuestra celebración dominical pidiendo a Dios su bendición, para que nos ayude a cumplir su voluntad, aquí en la familia y en nuestra comunidad. Haciendo la señal de la cruz sobre nosotros, decimos: El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.

  • Canto final: Parábola de los dos hijos.

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