Mes: febrero 2014

Homilía para el 7º domingo ordinario 2014

Vivir el amor y el perdón

Textos: Lv 19, 1-2. 17-18; 1 Cor 3, 16-23; Mt 5, 38-48.

Ord7 A 14

La enseñanza de Jesús nos sacude en este domingo, dado que por naturaleza tendemos al rencor, los resentimientos y la venganza, y además porque nuestro mundo está lleno de violencia. Hoy, que nos hemos reunido para la celebración de la Eucaristía, la cual tiene su culmen en la comunión, nos podemos preparar a ella reflexionando sobre nuestra vida a la luz de los textos bíblicos. Jesús nos invita a mostrarnos como discípulos suyos viviendo el amor y el perdón.

Homilía para el 6º domingo ordinario 2014

Vivir los mandamientos con libertad

Textos: Eclo 15, 16-21; 1 Cor 2, 6-10; Mt 5, 17-37.

Ord6 A 14 02

A Jesús lo acusaban de estar en contra de la ley y de violar los mandamientos establecidos en ella. Por eso retoma, en este texto que acabamos de escuchar, su modo de ubicarse ante la ley y, además, plantea lo que espera de sus discípulos. Dios da sus mandamientos para que su pueblo viva en la hermandad, de manera que sea referente para todos los pueblos de la tierra. Dios espera que los miembros de su pueblo vivan sus mandamientos con total libertad.

Homilía para el 5º domingo ordinario 2014

Cristianos desabridos y apagados

Textos: Is 58, 7-10; 1 Cor 2, 1-5; Mt 5, 13-16.

Ord5 A 14 001

Este domingo la Palabra de Dios nos ayuda a vernos en nuestra vida cristiana a partir de dos imágenes muy sencillas y claras: las de la sal y la luz. Jesús dijo a sus discípulos que son la sal de la tierra y la luz del mundo. La tierra y el mundo son los espacios donde los discípulos de Jesús hacen su vida, en medio de muchas otras personas: la familia, la comunidad, la escuela, el trabajo, la sociedad. Si vemos bien, casi todos los cristianos estamos desabridos y apagados.

Homilía para la fiesta de la Presentación del Señor 2014

Ancianos con esperanza

Textos: Mal 3, 1-4; Hb 2, 14-18; Lc 2, 22-40.

PresentaciónSr A 14 001

Hoy, aunque es el Día del Señor, no se proclamaron los textos bíblicos correspondientes al domingo, dado que celebramos la fiesta de la Presentación del Señor. En el Evangelio se nos narra lo que sucedió el día en que llevaron al Niño Jesús a presentar al templo. Con ese hecho, se cumplió lo que aparece en las otras dos lecturas: el Señor, que entró en el tempo de improviso, tenía nuestra misma sangre. Al llegar, fue recibido con alegría por dos ancianos con esperanza.