El menos común de los sentidos

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El año y 10 meses de pandemia que de manera mundial se han padecido también han puesto en el escenario del análisis comunicacional a esta Sociedad de la Información y el Conocimiento, que con el acceso prácticamente ilimitado a datos, declaraciones y opiniones, de manera paralela ha traído una confusión entre el flujo mediático ilimitado de contenidos, muchos de ellos prácticamente rayando en el absurdo y el insulto al más mínimo sentido común.

Sirvan de ejemplo las reflexiones producto de la apuesta que nos lanza uno de los más recientes estrenos de Netflix del cierre de 2021, pues se abrió a la plataforma justo el 24 de diciembre: “No mires arriba” fue la traducción que en nuestro idioma le dieron al filme dirigido por Adam McKay, protagonizado por Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence y que nos hace guiños de recuerdo de producciones de gran presupuesto pero con contenidos hilarantes y despiadados por la mofa social que hacen. En el reparto están también Meryl Streep y Cate Blanchett.

Para no estropear la aventura de quien quiera ver la película no diré mucho del contenido, salvo que en un escenario claro de una catástrofe inminente, con base en hallazgos científicos, la humanidad y de manera especial los miembros de la clase política, los grandes ostentadores del poder que el dinero da y donde los periodistas y comunicadores no salen para nada bien librados, se hace evidente la gran estupidez humana de la que podemos ser capaces, por el afán de parecer y el olvido de realmente ser.

Los escenarios mediáticos, tanto los tradicionales como las redes sociales, resultan ser un terrible caldo de cultivo para la mal, muy mal entendida libertad de expresión que no respeta al otro, ni tampoco a las circunstancias difíciles que la humanidad de la historia fílmica muestra.

De esto justamente me acordé, guardando la debida proporción, cuando mientras veía la rueda de prensa virtual el pasado 8 de enero en la que el Rector de la UDG y el equipo de la sala de situación por COVID 19 daban a conocer el panorama epidemiológico con un evidente repunte de contagios, en los espacios de comentarios de Facebook, cientos de personas, literalmente hacían burla y menosprecio de lo que ahí se decía, otros tantos se quejaban de los cursos a distancia o híbridos, algunos más de las fallas del sistema, y claro unos pocos con comentarios de otro tipo más bien asertivo, pero casi ninguno hacía eco del entendimiento de lo que en ese escenario se hablaba con elementos de prueba y argumentaciones de orden científico.

Hace solamente cinco días del anuncio y lo ahí proyectado se sigue confirmando con cifras al alza de cada vez más personas que han contraído la enfermedad. Lejos de ser fatalista, como el filme de McKay resulta y lleva a la reflexión con éxito, -al menos en mi apreciación-, lo que propongo es que nos cuestionemos hasta dónde el conocimiento superficial y el interés por lo inmediato nos nubla el discernimiento y el sentido común, que a veces se antoja, el menos común de los sentidos.

Rosa Eugenia García Gómez

Coordinadora de la Licenciatura de Periodismo en el Centro Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara.

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