Colosal y longeva verde sombra del Xochimanque

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En memoria de Felipe Hernández

Martín Humberto González López
martinglez.lz55@gmail.com
Pluma invitada

La profunda huella de unos pies infatigables, la sabiduría y la devoción indoblegables, eso fuiste compa Felipe Hernández Chávez en la tradición de los Enrosos de Zapotlán el Grande por casi cincuenta años de compromiso ininterrumpidos. Descansa en paz, que tus loables obras te acompañan.

Que San José y la Sagrada Familia guíen tus pasos en el incierto andar de la noche. Que su Hijo Jesucristo te ayude a vencer la muerte con la luz de la Resurrección. Ve con Dios, tal como nos despedían nuestros mayores.

Ahora ve a colaborar en el xochitlalpan de Ometéotl (Ometecuhtli y Omecíhuatl) , muy querido Xochimanque. Respetable Tlayacanque del Xochiuitl zapotlense o Enroso. Huehuepilli del xochicalli arcano donde descifraste los huehetlatolli de los ancestros. Ahuehuete que por siempre nos cubrirá con su colosal y longeva verde sombra.

Semilla criolla, autóctona (no transgénica) depositada en la tierra en vísperas de la lluvia, con la esperanza del buen temporal que la haga multiplicar en compromisos con la tradición y toda la comunidad cristiana como tú solías pedirlo. En medio del susurro de las chicharras que nos rodean con mesura, ¿tú también las escuchas?

Fuiste punto bisagra entre las generaciones, de tu propia familia y la sociedad local: el pasado heredado que resiste la partida y cada vez se hace presente; el presente sediento que bebe el agua refrescante de la tradición; el futuro que también exige el derecho de arraigarse en lo autóctono, en la identidad original.

Compromiso callado, constante y discreto; pero intenso y englobante. Tal como es la costumbre entre los ministros y servidores de la tradición, los herederos indígenas y la gente de abajo (del tercer nivel, como tú los definías). Indómita entrega total en favor de la religión popular y la comunidad: tlayacanques, priostes y tequilastros, primera y segunda vara, sembradores, tejedores y cargadores de los barrios ubicados en los puntos cardinales de la ciudad.

¿Y acaso esto es vivir? ¡Sea por Dios y venga más!

Glosario

  • Xochitlalpan: El paraíso florido o el lugar de las flores que dejaron dicho nuestros ancestros.
  • Ometéotl: Dios que no es solitario, sino pareja en unidad, Señor y Señora de la dualidad.
  • Tlayacanque: El que es guía, hace punta, es cabeza o nariz del ritual festivo comunitario.
  • Xochiuitl: Fiesta de las flores, comunitaria y asociada.
  • Huehuepilli: Noble y digno anciano.
  • Xochicalli: Casa ancestral de las flores.
  • Huehuetlatolli: La palabra, los dichos y consejos de los antiguos.
  • Ahuehuetl: Árbol pináceo alto, corpulento y antiguo, crece a la vega del río; de hasta 35 metros de altura y unos 700 años de antigüedad.
  • Tlayacanques: Los que son guía, hacen punta, son cabeza o nariz del ritual festivo comunitario.
  • Priostes: Mayordomos, cofrades o devotos.
  • Tequilastros: Organizadores del trabajo comunal.

Martín Humberto González López
martinglez.lz55@gmail.com
Pluma invitada

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