Guía para la celebración dominical en familia (21 de marzo de 2021)

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Les compartimos una guía para la celebración dominical en familia, para el 21 de marzo, 5º domingo de Cuaresma.

Entregarnos para dar vida

Celebración dominical de la Palabra en familia – 5º Domingo de Cuaresma – 21 de marzo de 2021

Parroquia de Santo Niño Milagroso, en Huescalapa, Jal.


 

  • Tener un altar con la Biblia abierta en Jn 12,20-33 y una imagen de Jesús resplandeciente colocadas arriba. Abajo una papeleta que diga: “Todos buscan seguir a Jesús”; más abajo otra frase: “Pero, ¿quiénes quisieran dar la vida a los demás?”; enseguida una imagen del lavatorio de los pies, otra de Jesús cargando la cruz y debajo la frase: “entrega, sacrificio, amor”; después, el cirio encendido con la frase: “desgastarse para iluminar”. A un lado, sal con la frase: “deshacerse para dar sabor”; al otro lado, la semilla en tierra con la frase: “transformarse para dar fruto”; al final, la frase: “No todos estamos dispuestos a seguir a Jesús y servir como Él nos enseña”. Una flecha que vaya de la última a la primera frase, con el letrero: “Sólo hay una forma de llegar”.

 

INICIO

CANTO: Entre tus manos (Se puede encontrar y descargar en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=j-VbaqZ9Bro).

PAPÁ:     Hoy, quinto Domingo de Cuaresma, nos reunimos en nuestra casa como Iglesia en familia, para celebrar juntos el Día del Señor. Jesús nos invita a transformar nuestra vida para el servicio del Reino, a pesar de los miedos y la incertidumbre. Participemos con espíritu de escucha y conversión.

MAMÁ:    Iniciamos En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ahora en silencio contemplamos el altar y dialogamos: ¿Qué vemos? ¿Qué nos hace pensar? ¿Cómo vamos haciendo nuestro camino de seguimiento a Jesús en esta Cuaresma?

ABUELO/A O EL/LA MAYOR DE LA CASA: Reconozcamos que a lo largo de nuestra vida, no hemos sabido seguir a Jesús por el único y verdadero camino que Él nos enseña y, por lo tanto, no hemos respondido a su llamado de servir al Reino (silencio).

PAPÁ:     Tú que has sido luz que se desgasta para iluminarnos: Señor, ten piedad.

MAMÁ:    Tú que has sido sal que se deshace y se convierte en nada para dar sentido y sabor a nuestra vida: Cristo, ten piedad.

HIJOS/AS: Tú que has muerto por nuestra salvación como grano de trigo y, así, dar frutos de vida en abundancia en nosotros: Señor, ten piedad.

TODOS/AS: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

 

PALABRA DE DIOS

MAMÁ:    Ahora, para prepararnos a escuchar la Palabra de Dios, cantamos: Honor y gloria a ti, Señor Jesús. El que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

PAPÁ:     Vamos a escuchar el texto del evangelio. Jesús nos anuncia la llegada de la hora de su pasión y nos invita a seguirle, a pesar de los miedos y dificultades, con fe y confianza en el amor del Padre. Escuchemos atentos.

  • Uno de los hijos toma la Biblia del altar y lee Jn 12,20-33 (Nota: si es necesario se lee otra vez).

Reconstruimos el texto contestando ¿Qué dice el texto? ¿A dónde y a qué habían llegado algunos? ¿Para qué se acercaron a Felipe unos griegos? ¿A quién fue a decirle Felipe y después a quién fueron? ¿Qué les respondió Jesús? ¿Qué dijo del grano de trigo? ¿Qué sucede con quien se apega a su vida? ¿Y qué con quien la desprecia? ¿Qué dice del que quiera servirlo? ¿Qué se cuestiona Jesús por el miedo? ¿Para qué ha venido? ¿Qué dijo la voz que oyeron? ¿Qué decían unos y otros de la voz? ¿Qué les aclaró Jesús? ¿Cómo tendría que morir?

MAMÁ:    Ante el interés de los griegos que lo buscan, Jesús les aclara que se aproxima la hora de su entrega dolorosa, de su cruz y glorificación; se acerca su pasión y muerte. Él es el grano de trigo que muere para dar fruto.

Jesús invita a sus seguidores a imitarlo en la entrega de la vida al servicio de los demás. No pide la anulación de sí mismo ni despreciar lo que se es, sino entregar totalmente la vida en la comunidad y a favor de los pobres, como los granos de trigo que se desbaratan para dar vida. Para esto hay poner en el centro de nuestra vida a Jesús, que se entregó para salvarnos.

Reflexionemos: ¿Estoy entregando mi vida para dar vida a los demás al estilo de Jesús o a lo que el mundo me ofrece? ¿Qué debo trabajar para tener una verdadera conversión y dar vida a la comunidad? ¿Cómo ser semilla, luz y sal en mi comunidad?

 

ORACIÓN Y BENDICIÓN

PAPÁ:     Al igual que Jesús, ofrezcamos nuestra hora de entrega, de amor y servicio a Dios, a pesar de los miedos y dificultades, para el bien de los demás y la glorificación de su nombre (silencio). Al terminar decimos: “Queremos ser granos de trigo sembrados en tierra, que mueren y producen frutos. Padre glorifica tu nombre, pues para esta hora hemos venido, para servir en tu Reino”. Padre nuestro

MAMÁ:    Pidamos a Dios su bendición para seguir, en nuestro proceso de conversión, entregando nuestra vida como Jesús. Lo hacemos diciendo: El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.

  • Canto final: Entre tus manos.

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