Guía para la celebración dominical de la Palabra en familia (15 de noviembre de 2020)

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Les compartimos una guía para vivir la celebración dominical de la Palabra como familia este 15 de noviembre.

Dios nos encomienda a los pobres

Celebración dominical de la Palabra en familia – XXXIII Domingo ordinario – 15 de noviembre de 2020

Parroquia de Santo Niño Milagroso, en Huescalapa, Jal.


  • Preparar un altar con la Biblia abierta en Mt 25, 14-30, el cirio encendido y una imagen de Jesús al centro. Dos letreros: “Los pobres son los tesoros de la Iglesia” y “Tiende la mano al pobre”. Una imagen de una familia pobre y, a su alrededor, un tortillero sin tortillas, una olla y un plato sin comida, un monedero sin dinero, etc.

 

INICIO

CANTO: Los talentos (Se puede encontrar y descargar en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=gIenE0EjNicc).

PAPÁ:     Este domingo celebramos en la Iglesia la IV Jornada Mundial de los Pobres. Con nuestra celebración de la Palabra vivida como familia, nos unimos a todas las comunidades que hoy dan gracias a Dios por la Resurrección de su Hijo. Participemos con alegría.

MAMÁ:    Iniciemos En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En silencio contemplemos el altar y platiquemos: ¿Qué vemos? ¿Qué nos hace pensar? ¿Qué hacemos ante las situaciones de pobreza?

Pidamos perdón a Dios por nuestra indiferencia ante los pobres. Vamos a ir respondiendo: Perdónanos, Señor, por ser temerosos para tender la mano al pobre.

PAPÁ:     No reconocemos tu imagen en los pobres.

MAMÁ:    Le echamos la culpa de su pobreza a los pobres.

HIJO:       No atendemos en su necesidad a los pobres.

TODOS/AS:  Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

 

PALABRA DE DIOS

PAPÁ:     Jesús comparó el Reino de Dios con un hombre que encargó sus bienes a sus servidores. No todos los trabajaron con responsabilidad. Escuchemos con atención.

  • Uno de los hijos toma la Biblia del altar y lee Mt 25, 14-30 (Nota: si es necesario se lee otra vez).

Platiquemos sobre lo que dice el texto: ¿Qué sucede con el Reno de los cielos? ¿Cuántos talentos dio a cada uno? ¿De acuerdo a qué se los repartió? ¿Qué hizo el que recibió cinco? ¿Qué hizo el que recibió dos? ¿Qué hizo el que recibió uno? ¿Qué le entregó el que recibió cinco talentos? ¿Cómo lo llamó el señor? ¿Qué le entregó el que recibió dos? ¿Cómo lo llamó el señor? ¿A qué invitó a los primeros dos? ¿Qué le entregó el que recibió un talento? ¿Qué explicación le dio? ¿Cómo lo llamó el señor? ¿Qué pidió el señor para su servidor inútil?

MAMÁ:    El señor de la parábola encargó sus bienes a sus servidores de acuerdo a la capacidad de cada uno. Él esperaba que los trabajaran y multiplicaran, pero no sucedió eso con todos. El tercero le echó la culpa de su propia irresponsabilidad a su señor; como no trabajó el talento que recibió, no participó de la alegría de su señor, sino que quedó fuera, en las tinieblas.

El diácono san Lorenzo tenía muy claro que Jesús había encomendado a sus discípulos el cuidado de los pobres. Cuando el emperador Valeriano lo apresó, le dijo que le perdonaría la vida si le entregaba las riquezas de la Iglesia, Lorenzo le pidió tres días para reunirlas y entregárselas; al cabo del plazo señalado, llegó acompañado de una multitud de enfermos, leprosos, lisiados, huérfanos, viudas, ancianos, mutilados, ciegos y marginados, y le dijo: “Estos son los tesoros de la Iglesia; cuida de ellos, porque nosotros ya no estaremos para velar por ellos”.

Preguntémonos: ¿Tenemos conciencia de que somos responsables de tender la mano a los pobres que Jesús nos encomendó? ¿A cuál de los tres servidores del evangelio nos parecemos? ¿Por qué?

 

ORACIÓN Y BENDICIÓN

PAPÁ:     Bendigamos a Dios por el regalo de su Hijo y por las personas y comunidades que cuidan con esmero de los pobres, talentos que Jesús confió a sus discípulos antes de partir al Padre.

TODOS/AS: Bendito seas, Padre, porque tu Hijo se hizo pobre siendo rico y esclavo siendo señor. Antes de volver a tu derecha, encomendó sus talentos, que Tú le confiaste: los pobres.

Bendito seas por los hombres y mujeres que sirven a los pobres, con los talentos que Tú les diste. Bendito seas por las personas y comunidades que no se cansan de tender la mano al pobre, al enfermo, al que sufre. Bendito seas por los que no se cansan de luchar por la paz y la justicia, a pesar de la violencia, la guerra, la destrucción, las desigualdades. Bendito seas por los hombres y mujeres que comparten siempre lo que tienen, el talento precioso que Tú les diste: su propia persona. Ayúdanos a ser como tu Hijo y como todas esas personas: Padre nuestro

MAMÁ:    Pidamos a Dios su bendición diciendo: El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.

  • Canto final: Los talentos.

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