Mirarse y dialogar

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La docencia tiene un riesgo muy grave: puede volverse rutinaria y que las clases que los profesores diseñen y apliquen sean idénticas ciclo tras ciclo, lo cual entraña una deficiencia enorme pues las generaciones cambian con el paso del tiempo y no se responde a sus necesidades educativas. Esa agua envenenada tiene un antídoto: la reflexión constante, la búsqueda de nuevos referentes y el diálogo entre pares.

El pasado sábado 30 de marzo, en la Unidad 143 de la UPN en Autlán Jalisco, poco más de medio centenar de profesores de educación básica se reunieron para celebrar un coloquio de la Maestría en Educación Básica: “Práctica Profesionales: una mirada al interior del quehacer profesional”. Participaron docentes originarios de cuatro subsedes: Cihuatlán, Manzanillo, Unión de Tula y Tecolotlán.

Fueron nueve ponentes, de los cuales tres tienen funciones directivas, una es Asesor Técnico Pedagógico y cinco son docentes frente a grupo. Sus presentaciones giraron en torno a la experiencia que llevan de reflexionar sobre su práctica profesional con la metodología de Investigación – Acción, que en primer lugar se hace un análisis del trabajo para encontrar debilidades, y luego se propone una intervención innovadora que mejore el quehacer.

La experiencia cobra relevancia en tiempos tormentosos para el gremio magisterial, en que si bien hay condiciones políticas que aseguran condiciones menos punitivas en lo laboral, persisten las ideas de algunos grupos de poder que urgen en colocar a los profesores como demandantes de privilegios a cambio de magros resultados.

La respuesta de numerosos grupos de docentes ha sido la prepararse para convertirse en Profesores – Investigadores, es decir, desarrollar competencias para mediante un proceso metodológico y teórico, innovar la práctica profesional y con ello, abonar a la calidad que demanda el artículo tercero constitucional.

Al echar la mirada al interior de la práctica profesional de estos nueve docentes, encontramos que sus problemáticas están inspiradas en contextos cercanos: escasa formación profesional, limitaciones institucionales, ambientes sociales violentados y paupérrimos, para los que los maestros deben tener una respuesta significativa a través del diseño y aplicación de su mediación, en términos más de calle: saber cómo dar clases a generaciones de alumnos que habitan un México violentado y pobre, con una carga administrativa asfixiante, en un ambiente social que desconfía de sus maestros.

Ante estas problemáticas no hay una fórmula única para aplicarse, si bien los ponentes reconocieron líneas metodológicas, teóricas y curriculares que pueden ser guía, es la reflexión de la propia práctica la que transforma la realidad, igual que aquel viejo refrán que afirma que nadie se libra de candados propios con llaves ajenas.

No sólo los ponentes tuvieron una participación activa. Quienes escucharon realizaron réplicas en las que hicieron recomendaciones a los ponentes, sugirieron estrategias, recomendaron lecturas, cuestionaron y compartieron. La construcción del pensamiento fue vivenciada como una actividad colectiva y horizontal.

Este próximo viernes se vive en el país el sexto Consejo Técnico Escolar y el segundo de este ciclo en el que se busca el aprendizaje entre escuelas. Se viven experiencias muy parecidas a lo ocurrido en el coloquio. Sin embargo, hay diferencias en el camino. La simulación, la actitud escasamente autocrítica y la búsqueda de culpables externos, han hecho que colectivos no vean estos encuentros como experiencias de aprendizaje y más bien, jornadas bochornosas que hay que superar con resignada disciplina.

El origen de la transformación en ambos casos está donde mismo, en el interés del profesor por mejorar su práctica, más allá de evaluaciones punitivas o de intereses neoliberales por desacreditar la escuela para convertirla en negocio, en que los alumnos que entran a un salón de clase vivan experiencias de aprendizaje que le permitan enfrentar la realidad de una forma más lúcida encontrando en el profesor un modelo, que comienza en reconocer que tiene deficiencias en su práctica y es capaz de escuchar a otros para superarlas.

Carlos Efrén Rangel García.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por el ITESO. Periodista durante 15 años. Maestro en Educación Básica por la UPN. Profesor de Español en Secundaria en la SEJ, y en la Secundaria Autlán. Profesor de Postgrado en la UPN 143. Editor de El Puente.

2 pensamientos sobre “Mirarse y dialogar

  1. Excelente experiencia, camino a nuevas estrategias metodológicas y didácticas, en el quehacer docente!

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