Mes: octubre 2014

Homilía para el 30º domingo ordinario 2014

Amar a Dios y al prójimo

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Estamos reunidos para celebrar el Sacramento del Amor, como se le ha llamado a la Eucaristía. Jesús, por amor, se nos sigue dando como alimento, tanto en la Palabra como en la Comunión sacramental. En este domingo nos recuerda cuál es el mandamiento que debemos cumplir en nuestra vida como discípulos suyos: es el mandamiento del amor, que tiene dos caras, una en relación a Dios y otra en relación al prójimo. Al final de cuentas, se trata de vivir amando.

Homilía para el Domingo Mundial de las Misiones 2014

Ir alegres a la misión

Domund A 14

Los textos bíblicos que se han proclamado nos ayudan a prepararnos para recibir la Eucaristía, en este domingo dedicado a las misiones. Hoy es un día especial para renovar nuestro compromiso misionero, aquel que recibimos y para el que fuimos ungidos el día de nuestro Bautismo. Ese compromiso lo renovamos en la Confirmación y con la Comunión sacramental nos fortalecemos para ir a realizarlo. Además se nos invita a cooperar económicamente para las misiones.

Homilía para el 28º domingo ordinario 2014

Invitados a la fiesta

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Nos encontramos reunidos para celebrar, como cada domingo, el Misterio Pascual de Cristo. Lo hacemos con la Eucaristía, el Banquete que el Señor prepara para sus invitados. La reflexión de los textos de la Palabra de Dios que acabamos de escuchar nos prepara para saborear el platillo principal, que es Jesús, quien se hace Pan y Vino para nosotros. Jesús, a través de la parábola del banquete de bodas, nos hace caer en la cuenta de nuestro ser discípulos misioneros suyos.

Homilía para el 27º domingo ordinario 2014

Administradores y no dueños

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Jesús siguió recio con los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo. Con varias parábolas les echó en cara su desinterés por la vida de su pueblo, pues no estaban siendo responsables de que se dieran los frutos que Dios esperaba cosechar de su pueblo. Con la parábola de la viña, que escuchamos en el Evangelio, Jesús ayuda a caer en la cuenta de que el pueblo tenía que vivir en la hermandad y sus dirigentes religiosos, como cabeza, no le estaban ayudando.